Como recuerda Prévand, este reestreno ofrece el aliciente de que «se trata de una versión que nunca antes ha sido representada. En efecto, para esta ocasión, me he entretenido en reescribir ciertas cosas, en cortar o desarrollar otras, y por eso es un texto casi nuevo, que, más allá de la adaptación que saludo, va a conocer aquí un verdadero bautismo. Por eso doy las gracias muy emocionado a Josep Maria y espero, cruzando los dedos, el veredicto del público español. ¿Quién es culpable en toda esta historia? ¿Voltaire? ¿Rousseau? Espero no serlo yo».
En la obra, traducida por Mauro Armiño, un panfleto anónimo acusa a Jean Jacques Rousseau por haber abandonado a sus cinco hijos. Rousseau recurre a Voltaire para averiguar juntos quién es el autor de esta abominación. Esto nos da la oportunidad de asistir a una gran escena doméstica, donde los dos filósofos enfrentan sus ideas acerca de Dios, la igualdad, la educación y el teatro. Dos maneras igualmente generosas pero muy distintas de concebir la sociedad.
«Pienso –explica Flotats– que una de las cualidades de este texto es que puede ser una invitación a saber más. No es una obra filosófica, es una obra sobre dos filósofos. Es brillante e inteligente. Nos provoca reflexión con la misma intensidad que nos da placer y creo que eso es lo mejor para enganchar al público. Pude abrir una puerta a las ganas de conocer a Voltaire y Rousseau y creo que cuando alguien lee a estos dos filósofos se convierte en un ser un poco mejor».