El grueso de la producción de Gancedo se centra en el ejercicio de una pintura muy particular, aunque también incluye objetos, dibujos, grabados, instalaciones e incluso intervenciones en los elementos funcionales y el mobiliario de algunas casas particulares.
Esta diversidad de medios expresivos tiene en común no solo una actitud y una estética, sino también la incorporación de elementos cotidianos que integra en las obras y con los que fragua un universo creativo tan personal como universal y tan sencillo como poderoso.
La artista hace volver la pintura al origen, ya no tanto por las referencias primitivistas o románicas de su trabajo, como sobre todo por el modo en que sus obras entroncan con necesidades expresivas, mágicas y religiosas vinculadas a ritos animistas, simpáticos, votivos o propiciatorios: fertilidad, alimento, atracción de las fuerzas naturales benéficas, sintonía con la divinidad, bienestar espiritual, acciones salutíferas, beneficios vitales de todo tipo, etc.
Su pintura está llena de referencias, evocaciones de algunas de las experiencias vitales y estéticas de su infancia, parte de la cual transcurrió en un pueblo de la montaña leonesa. Estos recuerdos van apareciendo en su obra hasta dejarla cargada y teñida por su particular cosmovisión, de un lirismo vitalista, íntimo e incluso melancólico.
Poesía
Dada la vinculación de la obra de Teresa Gancedo con la poesía, MUSAC ha organizado el programa de encuentros ‘Poesía como pintura’, en el que diferentes poetas analizarán la obra de la pintura desde su perspectiva y subjetividad, permitiendo descubrir el halo poético que anima las piezas de la exposición.
El primero de estos encuentros tendrá lugar el martes 30 de octubre a las 19.00 h, con la poeta Eloísa Otero, al que seguirá Jorge Pascual el 6 de noviembre, Antonio Colinas el 4 de diciembre, Tomás Sánchez Santiago el 18 de diciembre y Mareva Merayo el 8 de enero.