En 1752, una de las principales razones para la creación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando fue su función docente; pero a partir de 1844, con la creación de la Escuela de Bellas Artes, se centró sobre ella toda la enseñanza, que permaneció en la Academia hasta que en 1971 se transfirió como Facultad a la Universidad Complutense de Madrid.
La trasformación para crear el nuevo dibujo moderno procede de dos fuentes, siendo el dibujo de paisaje y flores el origen común en la formación académica de los protagonistas de las primeras vanguardias del siglo XX.
La otra fuente son los numerosos métodos heterodoxos que surgen de las ideas educativas de Jean Jacques Rousseau para lograr un “dibujo al alcance de todos”. Así pues, la construcción del dibujo con el que las primeras vanguardias del siglo XX realizaron un revolucionario cambio en las artes plásticas tiene una compleja gestación, que se desarrolla durante todo el siglo XIX con la doble convergencia citada.
La renovación de la docencia del dibujo artístico, en su camino hacia la modernidad de las primeras vanguardias del siglo XX, es una corriente nacida a finales del siglo XVIII que recorre todas las instituciones académicas europeas, y refleja la voluntad de cambio manifestada por distintas voces.
La principal evidencia de esta transformación fue la incorporación del dibujo de paisaje y flores a las academias oficiales, impartiéndolo con una metodología que superó la mera copia de modelos.
Se considera que la Academia de Viena fue la primera que en 1767 incorporó la docencia del paisaje; sin embargo, la de San Fernando no fue ajena a esta renovación, aunque en esta exposición la corriente del cambio que recorrió Europa se muestra de forma más amplia.