Tutundjian fue una de las figuras artísticas más destacadas del París de entreguerras. De hecho fue uno de los creadores más relevantes en la consolidación de un particular modelo de arte abstracto, geométrico y orgánico al mismo tiempo. Entre la segunda mitad de los años 20 y el inicio de los 30 realizó muchas de sus obras más destacadas. Se dedicó intensamente a hacer obra sobre papel en la que predominan los motivos lineales generalmente sobre fondos vaporizados, con motivos biomórficos, a veces dejándose llevar por el automatismo, otros manteniéndose en un terreno absolutamente geométrico.
Merecen especial atención los escasos relieves que han sobrevivido hasta nuestros días, de los que se pueden ver dos importantes ejemplos en esta muestra. Son probablemente la contribución más relevante que realizó a lo largo de su producción artística. La combinación entre collage y object trouvé; los fondos pintados de un frío gris simulando una pared de cemento; la combinación de la madera con el metal; el frágil equilibrio entre peso y contrapeso, la recta y la curva, el círculo y el cuadrado; una sutil sensación de movimiento congelado; todo ello convierte estas obras en unos destacados ejemplares de esculto-pintura que se hermanan directamente con las obras ‘construidas’ por contemporáneos suyos como Tatlin, Rodchenko, Moholy-Nagy, y también Domela, Calder o Miró.