«El escenario más conocido y más tópico de Sorolla es el de playa, mientras que los paisajes que se recogen en esta muestra se alejan del mar, representando lugares que ya habían sido pintados por otros paisajistas españoles, aunque él les da un matiz propio», explica la comisaria.
El recorrido expositivo comienza en la planta baja del centro con un espacio dedicado al mar. Aunque la muestra está centrada en los paisajes de interior, las escenas costumbristas marineras, las más representativas de su obra plástica, no podían estar ausentes en ella. La sensibilidad del pintor para el manejo de la luz queda especialmente patente en estos lienzos de mar y playa.
La siguiente sala introduce al visitante en el contexto de experimentación de la pintura al aire libre, que instaura el nuevo paisaje realista español que encontramos en Sorolla. Tras la presentación, la Valencia del pintor es la primera parada de este viaje pictórico por la geografía española. En esta sección retrata la huerta, las alquerías o la Albufera junto a calles y monumentos de la capital levantina. Sobre el paisaje castellano con el que continúa el recorrido compartió fascinación con figuras del círculo de la Institución Libre de Enseñanza como Francisco Giner de los Ríos y Aureliano de Beruete y Moret.
Sorolla tierra adentro también se detiene en el norte y el Cantábrico. Allí coincidiría con otros intelectuales y artistas y pondría a prueba como estos últimos el tratamiento de los matices lumínicos, en una tierra de vivos verdes contrastados con el gris de la niebla.
Sevilla
El visitante conocerá las vistas de Toledo, Granada, de las “ciudades históricas” y, en un lugar sobresaliente, las de la provincia de la ciudad que acoge la muestra: Sevilla. La campiña sevillana, los barrios populares de Granada, su majestuosa Alhambra, el paisaje de la meseta en torno a Toledo… Estos paisajes interiores cierran el recorrido.