Uno no es pintor ni el otro es cineasta; sin embargo, ambos mantienen una fijación por el mundo del otro y se nutren de ellos constantemente y sin complejos. Y es que, de la misma forma que no hay en el cine contemporáneo alguien que haya sido capaz de mantener una línea de conexión constante con la creación artística de su tiempo como la que en toda su trayectoria ha desarrollado Almodóvar, tampoco hay en la creación pictórica actual alguien tan osado como Galindo, un pintor obstinado en sostener una apuesta por el diálogo entre la saturación de imágenes que genera esta sociedad y la fuerza de la abstracción sobre el soporte cuadro, denostado por muchos fundamentalistas del arte.
Ahora, tras haber iniciado hace un par de años una aventura en la pared de la Fresh Gallery de Madrid mostrando sus fotografías de bodegones, Pedro Almodóvar se acerca a Jorge Galindo y entre ambos plantean una aventura que es una acción y, por tanto, una reflexión, sobre el espacio del cuadro, para lo que parten de lo propiamente decorativo sin ningún tipo de complejos. Como Melissa Hinndell, a ellos lo que les gusta es pintar flores y, como ella, lo gritan con orgullo.
José Guiraó, ministro de Cultura y Deporte, ha asistido a la inauguración, donde ha destacado que se trata de «un trabajo conjunto de un excelente pintor, como es Jorge Galindo, y de las fotografías de Pedro. Lo más interesante del proyecto es que sobre las fotografías de Pedro los dos han pintado. Además, cada uno ha pintado lo que ha considerado. Es una obra a cuatro manos que denota una extraordinaria sintonía entre los dos”.