El núcleo lo forman piezas contemporáneas –con una significativa representación de la Colección ”la Caixa” de Arte Contemporáneo– en relación con obras de otras épocas y contextos diversos. La muestra presenta un total de 45 obras de 21 artistas que recorren los últimos 700 años de la historia del arte. Para ello ha contado con la colaboración del Museu Nacional d’Art de Catalunya, que ha cedido seis obras, así como de otros 14 prestadores, entre instituciones, galerías y algunos de los propios artistas representados.
El objetivo último del proyecto de Goyarrola es resaltar la capacidad de conmover que tiene el arte contemporáneo frente a aquellas posiciones que lo sitúan en un terreno más racional o preeminentemente político. Así ahonda en la forma en que el arte ha incorporado las emociones en su discurso a lo largo de la historia. Las obras seleccionadas muestran cómo son transformadas las emociones básicas comunes a la experiencia humana en emociones estéticas representadas por medio de gestos, signos y formas que sobreviven a lo largo del tiempo.
Los nombres que conforman la muestra son Bill Viola, Joan Miró, Colita, Pipilotti Rist, Carla Andrade, Julio González, Esther Ferrer, Darío de Regoyos, Joaquim Mir, Enric Folgosa, Perejaume, Shirin Neshat, Manolo Millares, Bas Jan Ader, Esteban Jordán, Günther Förg, Ramon Padró Pijoan, Gina Pane, Iván Argote, Francesca Woodman y Jeremy Deller.
En la historia
La exposición se divide en tres ámbitos y presenta en cada uno ellos tres modos distintos en los que la emoción se ha mostrado en la historia del arte. El primer grupo ahonda en la emoción del sujeto a partir de la representación expresiva de los personajes protagonistas, a través de obras contemporáneas y piezas de arte religioso que expresan dolor o tristeza.
El segundo presenta un conjunto de piezas en las que la emoción se expresa de forma metafórica gracias a la traslación del estado anímico del artista al paisaje y a la arquitectura representados.
Finalmente, un tercer ámbito analiza la forma en que el arte se apropia de la emoción que vertebra el campo social, desde los movimientos sociales y la política hasta la esfera de la fiesta o las celebraciones populares. Estas obras tratan las emociones compartidas a partir de imágenes que representan la fuerza de la protesta o el gozo de la celebración.