Entre ellas se encuentran algunas pinturas tan célebres como Duelo a garrotazos, Saturno devorando a un hijo o Perro semihundido. Con motivo del 200 aniversario del inicio por parte de Goya de su creación, el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa presenta una muestra dedicada a la gran influencia que la figura de Goya sigue ejerciendo en el arte de nuestro tiempo.
Comisariada por Oliva María Rubio, la exposición incluye obras datadas a partir de 1950 y hasta nuestros días, con piezas de la generación de artistas que formaron parte del grupo El Paso, fundado en Madrid en 1957, como Antonio Saura, Manuel Rivera o Rafael Canogar, además de otros autores como Eduardo Arroyo, Darío Villalba o el Equipo Crónica.
También se muestran creaciones de artistas internacionales como, entre otros, Zoran Music, Robert Longo, Yasumasa Morimura, William Kentridge o Simon Edmonson, y también de españoles como Simeón Sáez Ruiz, Rogelio López Cuenca, Pilar Albarracín, Eva Lootz o Antoni Muntadas. Obras pertenecientes a géneros como la pintura, escultura, fotografía, serigrafía, instalaciones o audiovisuales.
«El siglo XVIII, también llamado el Siglo de las Luces, aquel en el que la Razón creyó triunfar sobre el oscurantismo de la Religión, también fue el que erigió altares para adorar a la Diosa Razón, esa que, como bien señala Goya, produce monstruos», recuerda la comisaria. «Como buen hijo de la Ilustración que había creído en la inteligencia, en la fuerza de la luz sobre las sombras, en la razón y en el progreso, Goya traduce en obras como las Pinturas negras o Los desastres de la guerra su gran desilusión con esos ideales de igualdad, de civilización y progreso».
Con Goya también se introducen en el arte temas como lo subjetivo, lo grotesco, la violencia, la deformidad, la locura, el sueño…, tan recurrentes en el arte moderno y contemporáneo. De ahí que André Malraux señalará que con Goya “comienza la pintura moderna” y que Valeriano Bozal considere a Goya como “icono del arte moderno que proyectará su larga sombra en el arte posterior”.
Cuatro apartados
La exposición, que incluye obras de 58 artistas, se desarrolla en diversos apartados, teniendo en cuenta la influencia de Goya en la obra de otros artistas, y siguiendo el rastro de sus grandes ciclos temáticos: Pinturas negras; Desastres de la guerra; Caprichos y Disparates.
En el apartado de las Pinturas negras, el Perro semihundido, Saturno devorando a un hijo, Una manola: Leocadia Zorrilla, Duelo a garrotazos, El aquelarre o el gran cabrón o Asmodea han sido reinterpretadas por artistas como Antonio Saura, Pablo Serrano, Víctor Mira, Francisco Leiro, Robert Longo, Equipo Crónica, Avelino Sala o Jaime Lorente.
Otros artistas como Darío Villalba o Rafael Canogar aluden a las Pinturas negras en sus obras, sin referirse a ninguna de ellas en concreto. Josep Guinovart dedica una serie a Goya y Manuel Viola titula su obra Sueño goyesco. Asimismo, los óleos de autores como Simon Edmondson, Anselm Kiefer, Enrique Marty, Antoni Tàpies o William Kentridge no apuntan a una obra concreta, pero su estilo y la forma de abordar la pintura o el dibujo está claramente emparentado con la influencia de las Pinturas negras del gran maestro. Numerosas imágenes de la obra de Goya aparecen en el vídeo de Mounir Fatmi, donde el artista desarrolla su visión de la vida y la muerte.
En el apartado de los Caprichos destaca la instalación de Pilar Albarracín reinterpretando la estampa número 39, Asta su abuelo, y la de Yasumasa Morimura que lo hace con la estampa número 43, El sueño de la razón produce monstruos.
En el apartado de los Disparates se presenta una selección de obras de la colección “Disparates de Fuendetodos”, que provienen de la Fundación Fuendetodos Goya. Eva Lootz, Günter Grass, Alicia Díaz Rinaldi, Ricardo Calero, John Berger, Cristina Iglesias, Luis Gordillo, Juan Genovés y Blanca Muñoz son algunos de los artistas que han participado en esta iniciativa, cuyo propósito era dar continuidad a la inconclusa obra del maestro aragonés, intentando mantener el carácter innovador y la libertad de creación que caracterizan a estos grabados, y que tenía como único requisito respetar el tamaño del papel en el que Goya realizó la serie (38 x 53 cm).
La guerra y sus consecuencias
La senda abierta por Goya con su visión crítica y cruda de la guerra y de las consecuencias fatales que acarrea ha tenido gran continuidad en el arte moderno y contemporáneo. En este apartado de los Desastres de la guerra hay obras como las de Zoran Music, Simeón Sáiz Ruiz, Dora Longo, Alfredo Jaar o Rogelio López Cuenca directamente relacionadas con los diversos conflictos que han asolado el siglo XX. Carlos Aires reactualiza los Desastres con los problemas del presente y la Guerra de España irrumpe con toda su crudeza entre imágenes de una ciudad apacible en el audiovisual de Harold Charre.
Pero la influencia de Goya y la admiración que los artistas contemporáneos le profesan no se agota en esas temáticas, sino que se extiende también a otras obras del pintor aragonés. Por ello, el último apartado, los óleos del 2 y 3 de mayo de 1808 provocan especial atención, como se puede observar en las piezas de Fernando Sánchez Castillo, José Manuel Ballester y Rogelio López Cuenca.
Otras obras remiten a los retratos de Goya, como la de Fernando Bellver, que hace una parodia del retrato colectivo de La familia de Carlos IV o la performance organizada por Cristina Lucas, que lo hace retratando a una mujer junto al cuadro de La maja desnuda en el Museo del Prado. Por su parte, Carmen Calvo, a partir de una invitación del Prado, se fijó en el tapiz La maja y los embozados y en el óleo El albañil herido para construir un juego de miradas y ocultamiento. La videoinstalación de Antoni Muntadas propone, por último, una evocación simbólica del sueño, la utopía y del sueño de la razón que produce monstruos.