En este despliegue espacial, en el que la artista entiende el medio expositivo como un organismo estético-político, se representan diversos aspectos y referentes reconocibles en laboratorios, bancos de semillas y entornos controlados de cultivo de vida artificial de organismos vivos, almacenes de muestras geológicas y colecciones de herbarios que se encuentran en contextos en los que De Miguel ha desarrollado estancias o investigación en los últimos años.
La recreación de estos ambientes no muestran los elementos estabilizadores acostumbrados sino otros que introducen variables formales y simbólicas que contradicen la lógica utilitaria de la simulación científica o el mantenimiento artificial de las formas de vida para dar cabida a un pensamiento especulativo.
Del creciente interés de la artista por la ciencia emergen una serie de proyectos híbridos y colaborativos que involucran a múltiples agentes, entre ellos científicos. En sus obras, De Miguel señala el carácter especulativo del conocimiento y reescribe el relato supuestamente objetivo y veraz de la ciencia con ayuda de la magia, la mitología, la poesía y la ficción. Su objetivo declarado consiste en enlazar los mundos artificialmente segregados de la cultura y la ciencia y en proponer una visión más holística e interactiva de las diversas áreas del conocimiento para afrontar las problemáticas biopolíticas del mundo contemporáneo.