El uso enunciativo del lenguaje como camuflaje de procesos que esconden significados contingentes ha sido una estrategia recurrente en estos 15 años de carrera de A Kassen. En la serie Door (Puerta, 2012), el espectador se encuentra ante unas delicadas vitrinas de cristal y madera para luego descubrir -tras ver que en sus interiores hay manillas, herrajes y bisagras- que todo el material usado procede de diferentes puertas. En Naked Photographer (Fotógrafo desnudo, 2015) pidió a varios artistas que formaran un montón con la ropa que llevaban puesta y le tomaran una fotografía. Pero será la serie de esculturas titulada Bronze Pour (Vertido, 2017) la que se puede considerar un antecedente directo de las obras de esta exposición por el empleo del material como un elemento generador de significado.
La obras de Pinturas de bronce están constituidas únicamente por esta aleación asociada a la escultura y al genio de grandes creadores como Rodin, Moore o Giacometti. El bronce también se vincula al concepto de copia, ya que su aplicación en la escultura se realiza a través del vaciado, necesitando previamente de un molde que permitirá, a su vez, que la obra sea reproducible. En ese sentido, el vaciado en bronce se disocia del gesto del artista al no utilizarse para crear la imagen primigenia, sino como una posterior representación que perpetúa tanto física como simbólicamente el modelo original creado en yeso o en barro.
Idea subvertida
En estas pinturas, A Kassen subvierte la idea de vaciado otorgando al bronce la función de hacedor de la imagen original, quedando fijada en la propia fisicidad del material. Las pinturas se comportan como una fiel memoria del proceso, mostrando la acumulación de las siluetas, marcas y accidentes originados en su gestación. Sus imágenes no se basan en dibujos o en modelos; tampoco son representaciones de ideas existentes. Al contrario, tanto su forma como su significado responden exclusivamente al mismo acto de su ejecución.
El proceso comienza con la colocación de una capa lisa de tierra impregnada con aceite hidráulico sobre la que se vierten litros de bronce fundido. Al tomar contacto con la superficie, las gotas de bronce incandescente reaccionan formando ondas, acumulaciones, crestas y huecos que se convierten en espacios negativos. El bronce conforme pierde temperatura se solidifica y origina de esta manera la imagen pictórica.
A Kassen, a través de un proceso y un uso “errado” del material, consigue despojar al bronce de su simbología escultórica y dotarle de cualidades y estrategias propias del proceso pictórico, en particular de las corrientes de pintura de posguerra, como puede ser el ‘hard edge’ americano o el informalismo europeo.
A Kassen son…
Christian Bretton-Meyer, 1976.
Morten Steen Hebsgaard, 1977.
Søren Petersen, 1977.
Tommy Petersen, 1975.