Afincado en Berlín, el albanés comenzó a trabajar en la década de los noventa en un amplio campo de medios que incluyen vídeo, fotografía e instalación, a los que más recientemente ha incorporado el dibujo y la escultura. Su obra explora los límites entre la imagen y el sonido, con los que genera momentos de experiencia temporal cuidadosamente ensamblados.
Sala es un creador capaz de indagar en lo más profundo de los modos no verbales de comunicación gracias a su técnica narrativa. La música y el movimiento son claves en su trabajo y conforman la temática de gran parte de sus instalaciones sonoras y videográficas, así como de sus obras escultóricas, que a menudo adoptan la forma de instrumentos musicales autoejecutables.
El tiempo
El artista construye piezas transformadoras basadas en el tiempo. En ellas investiga sobre la multiplicidad de relaciones que se dan entre la imagen, la arquitectura y el sonido, elementos que emplea para cuestionar la experiencia.
Recurriendo a un nuevo tipo de lenguaje, su obra se abre a múltiples perspectivas e interpretaciones, aunando pasado, presente y futuro. Con el protagonismo dado a la luz, el sonido y el diseño espacial, a menudo su trabajo se presenta en entornos inmersivos que estimulan nuestros sentidos y establecen un nuevo vínculo entre el cuerpo y la arquitectura.
A través de su trabajo investiga también las fracturas del lenguaje, la sintaxis y la música, suplantando viejas narrativas y ficciones a través de nuevas interpretaciones de la historia, incluyendo además unos diálogos más ricos en matices.
Castillos en el aire
Según Benjamin Weil, director artístico del Centro Botín y comisario de esta exposición, “As You Go, la primera frase del título elegido por Anri Sala, connota una doble idea de movimiento: el inherente a una obra basada en el tiempo, apoyada en la música y la imagen fílmica; y el de los visitantes en la muestra, que comparten la experiencia de un montaje que tiene algo de escenario teatral, de mundo en sí mismo”.
Sobre la segunda frase del título, Châteaux en Espagne, son muchas las lenguas occidentales que comparten el modismo «construir castillos en el aire» para expresar la tendencia a elaborar planes poco realistas. Sin embargo, los franceses hablan de construire des châteaux en Espagne: construir castillos en España.
Para un artista, una nueva muestra supone una oportunidad única de explorar nuevos territorios formales, pudiendo generar expectativas ilusionantes que, en ocasiones, también llegan a intimidar. Experimentar comporta riesgos, y la puesta a punto de un proyecto complejo conlleva depender de condiciones casi mágicas. También para el visitante sumergirse en la nueva producción de un artista puede resultar todo un desafío.
Tres escenarios
“El proyecto de Anri Sala llena de dinamismo los espacios de la segunda planta del volumen expositivo del Centro Botín, convirtiéndolos en parte integral de su propuesta artística mientras crea nuevas estructuras narrativas al recontextualizar sus propias obras”, destaca Benjamin Weil.
Su proyecto se despliega en la segunda planta del volumen expositivo del Centro Botín para desarrollarse en tres escenarios. El primero, que da título a la exposición, consiste en un conjunto de videoproyecciones de proporciones cinematográficas en las que el artista propone una nueva forma de entender la imagen en movimiento: tres pares de vídeos, cada uno con una narrativa diferente pero todos relacionados con la interpretación musical y las variaciones de tempo, desfilan por una pantalla de treinta metros cuya forma alude directamente al edificio.
Hacia el sur se entra en un espacio protagonizado por la bahía de Santander. No Window No Cry (Renzo Piano & Richard Rodgers, Centre Pompidou, París) es una nueva versión de la serie de obras No Window No Cry que el artista ya ha desplegado en otros nueve lugares del mundo. Las piezas de esta serie son intervenciones en el ventanal del edificio donde el artista expone, que consisten en fijar una caja de música sobre el cristal.
En un ejercicio de recontextualización, Sala produce réplicas de algunos de estos ventanales y las expone como esculturas en otros emplazamientos. En este caso, la pieza es una réplica del cristal del ventanal del Centre Pompidou que intervino en 2012, siendo la primera vez que una de las obras de la serie se reubica en un edificio diseñado por el mismo arquitecto –Renzo Piano es el arquitecto del Pompidou, junto a Richard Rodgers, y también del Centro Botín.
El tercer acto se desarrolla en la sala situada exactamente al otro extremo del espacio expositivo, con vistas a la ciudad de Santander. La obra All of a Tremble (Encounter I) se coloca delante del ventanal de la sala; una pared cubierta de papel pintado que obstaculiza la visión de la ciudad impidiendo que el espectador disfrute de las vistas. En un primer momento piensa que los diseños del papel pintado a mano son obra de la máquina que ve fijada a la pared. No consigue discernir si esa máquina está imprimiendo en la pared o interpretando una extraña y repetitiva partitura . Al acercarse, comprueba que la máquina está inmóvil mientras dos antiguos cilindros de impresión de papel pintado activan un conjunto de remaches diseñados al efecto, convirtiendo los motivos del papel en melodía. Así, nos encontramos ante una experiencia sinestésica: el espectador no sabe si el sonido conforma la imagen que ve o es la imagen la que da forma al sonido.