Sus inicios vinieron de la mano de la escultura en hierro bajo la tutela de Julio González, pero a comienzos de los años 90 se adentró en el mundo de la pintura experimentando con el Art Brut. En constante evolución, Bauzá no ha dejado de investigar con la forma, el color y el volumen. Una perenne curiosidad que lo acompaña en ese periplo que remata ahora con Geometrías Cromáticas.
Bauzá no reniega en ningún momento de sus referentes. En sus series se puede reconocer el constructivismo de Torres-García, el orden del serialismo minimalista o ecos compositivos de Malévich. Sin embargo, tras los trabajos que acerca ahora a Santiago de Compostela se percibe a un artista evolucionado que intuitivamente abraza lo expandido dislocando la relación de su arte con el medio pictórico.
Lo consigue mediante la superposición de volúmenes que parten del alma de la pieza, cubos de madera calados en lo bidimensional para ofrecer lo tridimensional, rematados por una vibrante utilización del color.
Con Geometrías Cromáticas Bauzá consigue emocionar al espectador a través de la pureza de las líneas, el vibrato de sus variaciones cromáticas y esa ruptura con la planitud. Una serie que muestra lo perfeccionado, lo expandido en Julio Bauzá.