Al inicio del proyecto, el propio artista partió del estudio geométrico de la planta del edificio de Antonio Palacios que habría de albergar la muestra, trazando sobre su plano la división armónica de la misma, tal y como hace al comienzo de todos sus trabajos. Sobre dicho estudio geométrico levantó un laberinto que ha terminado convirtiendo la sala, de por sí compleja y fragmentada, en un recorrido que obliga al espectador a enfrentarse a sus trabajos de manera poco habitual, sin seguir una cronología o un orden temático, habituales en este tipo de retrospectivas, que aquí son reemplazados por otras sugerencias menos evidentes.
«Como corresponde a todo laberinto –explica Alonso Molina–, el orden lineal es puesto en crisis, siendo sustituido por las inesperadas relaciones en zigzag que se establecen entre el centenar de trabajos aquí seleccionados: unas veces por cercanía o similitud, otras por contraste u oposición; unas veces evidentes, otras un tanto oscuras».
Artista total
Guillermo Pérez Villalta, pintor autodidacta, pasó su infancia entre La Línea de la Concepción, Cádiz y Málaga, trasladándose con su familia a Madrid en 1958. Desde los primeros años de la década de 1970, en que comienza su carrera, y a pesar de que estuvo siempre en ese núcleo duro de la Nueva Figuración madrileña, junto con Carlos Alcolea, Carlos Franco y Rafael Pérez Mínguez, ha mantenido su independencia con respecto a los cánones y las modas imperantes.
Su obra se anticipó en una década a muchas de las premisas de renovación que se impondrían durante los ochenta en la escena internacional. En toda su carrera se aprecia la huella que dejaron los estudios de arquitectura que nunca terminó: la presencia del vacío, el análisis del espacio y del comportamiento de la luz en las estancias, la geometría y los juegos con la perspectiva son vectores que rigen sus imágenes, enriquecidas con elementos figurativos que enlazan asuntos mitológicos y aspectos privados de su biografía. En palabras del propio artista, «la geometría y las proporciones pueden hacer de cualquier tema o idea una constatación plásticamente pura. Algo que está en lo más profundo de la imaginación de la belleza».
Una de las características más notables en su trabajo es la densidad de capas de sentido que en él se superponen. Todo cabe en el ecléctico y variadísimo mundo que maneja, desde los grandes nombres del Barroco y el Manierismo, a Dalí y Walt Disney, pasando por Duchamp, la metafísica italiana, la psicodelia, el pop o los patrones decorativos.
Folleto. Exposición Guillermo Pérez Villalta (descargar) (1.41 MB)