La arquitecta catalana inició su carrera en la década de 1980 junto a Enric Miralles, periodo al que se dedica la primera parte de esta exposición comisariada por Luis Fernández-Galiano, y donde se muestran ocho proyectos realizados conjuntamente, entre ellos el Cementerio de Igualada.
Probablemente esta primera etapa es la más conocida y, sin embargo, no es la de más peso en su carrera. El Museo ICO, perseverando en su compromiso con la riqueza de la arquitectura española, apuesta con esta muestra por poner en valor su propia figura, especialmente a partir de la apertura en 1991 de su propio estudio, activo hasta hoy. Es a este fructífero periodo al que se dedica la segunda parte de Escenarios para la vida, la más extensa, con 80 proyectos realizados en treinta años de andadura, detallados mediante fotografías, planos, croquis y maquetas. Dos audiovisuales acercan la figura de la arquitecta y su concepción de la arquitectura, así como una recreación del estudio y biblioteca de Pinós que da cuenta de la importancia e influencia que ha tenido la lectura en su trayectoria profesional y personal.
Hacer ciudad
Pinós considera que cada actuación urbana ha de tener el propósito de hacer ciudad, de dignificar el entorno: «Cuando trabajo considero que mi intervención se propone, en último término, mejorar, embellecer el contexto». Esta creencia en la necesidad de acoger el entorno, sea natural o urbano, se aprecia en todos sus proyectos, entre los que destacan el CaixaForum Zaragoza (2014), las mexicanas Torres Cube (2005/2014) o la barcelonesa Escuela Massana de Artes y Diseño (2017).
Para el comisario de la muestra, «Carmen Pinós construye escenarios para la vida, y lo hace reuniendo la razón y la emoción: su trabajo muestra que la sensibilidad extrema manifiesta en la materialización de sus proyectos se apoya en el soporte sólido de una inteligencia inquisitiva, empeñada en entender el mundo, y estimulada por una extensa experiencia lectora».
En 2016 la arquitecta fue distinguida con la Neutra Medal for Professional Excellence otorgada por la Universidad Politécnica de California en Pomona en reconocimiento a su carrera profesional, y el mismo año recibió el Berkeley-Rupp Prize por su contribución a la promoción de la mujer en la arquitectura y su compromiso social. En 2015 fue galardonada con la Creu de Sant Jordi; en 2012 fue nombrada International Fellow del Royal Institute of British Architects, y en 2011, Honorary Member del American Institute of Architects.
Entre los numerosos premios y menciones recibidos también destacan el Premio Nacional de Arquitectura y Espacio Público de la Generalitat de Catalunya (2008); el Primer Premio de la IX Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (2008); el Premio ArqCatMón del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (2008); el Premio Nacional de Arquitectura del Consejo Superior de los Arquitectos de España (1995); el Premio Ciutat de Barcelona (1992) y el premio FAD de Arquitectura – Edificios de nueva planta de uso público (1991).
Además ha participado en numerosas exposiciones internacionales y su obra está presente en destacadas colecciones museísticas. En el año 2010, el Centre Pompidou de París adquirió una selección de sus maquetas correspondientes a los proyectos de CaixaForum Zaragoza, Hotel Pizota (México) y Maison de l’Algerie (París), mientras que en 2006 el MoMA compró para su colección permanente la maqueta de la Torre Cube I en México.