Muchas de sus letras fueron versionadas por otros grandes músicos como Alberto Cortez o Mercedes Sosa, quien ganara un Grammy Latino precisamente con el álbum Corazón libre, que incluía la mítica canción de Amor. En 1973, Rafael se instaló en Madrid con su familia y pronto se hizo muy popular en la España de la Transición, especialmente entre una legión de aficionados a la canción social. Desde entonces y hasta su definitiva partida compartió afectos y valiosos trabajos entre sus dos patrias.
Ahora, por fin, aunque en estos tiempos extraños, su hijo Salvador (Madrid, 1980), también cantor al igual que lo fuera su abuelo, el mítico Francisco Amor, leyenda en la Argentina de la década de 1930, sube al escenario del madrileño Teatro del Barrio en compañía de otro gran músico, David Díaz (Madrid, 1975), para homenajear a Rafael de la mejor manera posible: cantando.
Las canciones que me acunaron
Como explica el mismo Salvador Amor, «difícil tarea la de cantar con la garganta encogida las canciones que me acunaron, que me hicieron ser quien soy encima de las tablas y que, sin duda, nos guían a los que aún resistimos y confiamos en la palabra y en la poesía como herramientas para la reconstrucción. Así lo creo y así lo aprendí de mi viejo:
En el camino aprendí,
que llegar alto no es crecer,
que mirar no siempre es ver
ni que escuchar es oír
ni lamentarse sentir
ni acostumbrarse, querer…
Tanto es lo que aprendimos que intentaremos mantener viva su obra en la memoria de quienes le conocieron y llegar a quienes no tuvieron esa oportunidad».
Te han sitiado corazón
y esperan tu renuncia.
Los únicos vencidos corazón
son los que no luchan.