La selección incluye 93 fotografías en blanco y negro de 13 autores del movimiento que José María Artero y Carlos Pérez Siquier iniciaron en Almería en los años 50: Francesc Catalá-Roca, Joam Colom, Gabriel Cualladó, Francisco Gómez, Ramón Masats, Oriol Maspons, Xavier Miserachs, Nicolás Muller, Francisco Ontañón, Leopoldo Pomés, Ricard Terre, Alberto Schommer y el propio Pérez Siquier.
Para el director del museo municipal y de la Fundación, Juan Manuel Martín, “si por algo se va a caracterizar todo lo que es la revista AFAL y el movimiento que crean Artero y Pérez Siquier desde Almería es por la reivindicación de la modernidad. Lo hicieron lanzando una revista como una aventura para reivindicar que los fotógrafos se pusieran al frente de lo que se estaba viendo en ese momento, es decir, dejar de hacer ‘obra pictórica’, que es lo que se llevaba en España, para apuntarse al carro de lo europeo y reivindicar su momento y su actualidad como el tema preferente para su fotografía”.
El pionero
Nacido en Almería en 1930, Carlos Pérez Siquier abrió pronto los ojos a la luz cegadora del Mediterráneo. Su padre, aficionado a la fotografía, tenía un pequeño taller en la buhardilla de casa, y allí descubrió el niño la imagen revelándose sobre el papel. Con 17 años cae en sus manos un ejemplar de la revista francesa Cine-Photo Magazine, editada por el grupo “Les 30×40”, donde una fotografía humanista comprometida con la realidad, auténtica y poética, le marca profundamente.
En 1950 finaliza sus estudios de fotografía en la Escuela de Arte de Almería. En 1956 comienza su mítica serie La Chanca y de la mano de José María Artero funda AFAL; revista y grupo que revolucionará el panorama fotográfico español, lastrado por un tardopictorialismo y un “salonismo” decadentes. AFAL aglutinó a los jóvenes fotógrafos más interesantes e innovadores del momento y con justicia es considerado hoy el movimiento de renovación más importante de la historia de la fotografía española.
El documentalismo de AFAL tiene en La Chanca uno de sus máximos ejemplos de autenticidad, emparentado en ciertos aspectos con el neorrealismo italiano. Sin abandonar nunca el purismo técnico y conceptual que le caracteriza, el paso al color supuso para Pérez Siquier un cambio profundo que lo desmarca del resto de compañeros de generación, hasta el punto de ser considerado por series como La playa uno de los grandes pioneros a nivel internacional. Incorpora influencias de algunos movimientos de la vanguardia pictórica como el pop o la abstracción informalista, aderezadas con una fina ironía sobre la sociedad moderna de consumo. Pese a todo, siempre triunfa en sus imágenes un elevado sentido de la belleza, depurado e indestructible, que lo convierte en un clásico intemporal.
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