La predilección por la serigrafía caracteriza su práctica gráfica. En sus propias palabras, esta técnica «crea distancia respecto del modelo, borra la huella de su procedencia». También es una constante en sus propuestas el recurso preferente a metales como el aluminio o el cobre como soportes de la imagen fotográfica, aunque también utiliza la seda y, en menor medida, el papel. Además de serigrafías, esta muestra incluye monotipos en los que el ácido actúa sobre el cobre mordiendo la imagen.
Los límites del grabado convencional desaparecen en su serie en cobre, creando composiciones de concepto marcadamente arquitectónico que dialogan con el espacio. Utilizando este metal como soporte de sus serigrafías de gran formato éste deviene en protagonista, en receptor de la mirada. Sus obras, de grandes dimensiones, transforman el lugar ocupándolo todo, revistiéndolo y transformando el ámbito expositivo en un espacio diferente.
Es en el caso específico del cobre cuando la artista subvierte el orden convencional del binomio matriz-estampa al usarlo no como dispositivo de impresión sino como receptor de la imagen impresa, es decir, como soporte de la estampa. Esta elección consciente de este metal con la finalidad de producto último del proceso lo convierte en contenedor de significado y sintetiza en él algunas de las constantes creativas de Iglesias, como la interrelación de paisaje y arquitectura, la construcción de espacios ilusivos por medio de la luz y el reflejo o la ampliación monumental de la pequeña escala.
Secuencia de espejos
La dimensión de las serigrafías en cobre de Iglesias contribuye a la estrategia de transferencia de la escultura al territorio de la arquitectura, a la difusión de los límites entre los géneros convencionales y a la construcción de escenografías mediante reflejos. Son evidentes las posibilidades de reflexión y refracción de este metal, de modo que la imagen serigráfica que contiene se diluye en el espacio y se proyecta en él.
La artista explora el reflejo del sujeto en las paredes de acero inoxidable de algunas de sus esculturas públicas, y esa misma voluntad de interacción del paisaje en el espacio se encuentra presente en sus series gráficas en cobre y aluminio. En otros casos, la estampa es de seda, es decir, elige ésta como soporte de la imagen serigráfica. Pero sea en cobre, aluminio o seda sus creaciones gráficas son el resultado de una representación metalingüística donde la obra está contenida dentro de la obra… una secuencia de espejos.