Premio Nacional en 2018, Pomés es una de las grandes figuras de la fotografía española contemporánea. Desde sus inicios relacionados con las vanguardias, y su participación en la revista AFAL, pasando por su destacado trabajo como fotógrafo publicitario, siempre destacó su estilo elegante, luminoso y sofisticado.
De joven aprendió de su padre a ver a las personas. Sentados en la calle podían pasar largas horas contemplando a la gente, tratando de ver y adivinar la vida que llevaban. Este ejercicio de observación fue el origen de su interés y empatía hacia el ser humano y más tarde, con sus fotografías trató de retener la esencia de cada uno.
La selección de obras de esta muestra ha sido realizada por su mujer y compañera de trabajo, Karin Leiz, y la hija de ambos, Juliet. Este compendio, realizado apenas dos meses después de su adiós, pretende ahondar en su sensibilidad principalmente a través de positivos originales de la época con el fin de poner en valor el papel en el que fueron positivadas en su momento.
Se une así el valor del objeto, con su materialidad y paso del tiempo, al valor de la imagen en sí misma. Se incluyen también diversos formatos, a menudo pruebas de laboratorio e incluso recortes de imágenes conocidas. El tema central de la exposición son las obsesiones del fotógrafo a lo largo de una trayectoria de más de sesenta años. En muchas ocasiones la gran protagonista de la obra de Pomés es la mujer, que sorprende y se rebela contra los convencionalismos de la época; retratada siempre con sensiblidad y maestría. Obsesionado, además, con las luces y las sombras, pronto descubrió también el magnetismo del paisaje urbano.