El título de la muestra hace referencia a un verso del Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz, que sirvió de epígrafe a un artículo de María Zambrano en el que reflexionaba sobre la posibilidad de acceder a las “altas cavernas” del sentido. Porque González reivindica una aproximación a la pintura que active la curiosidad y la imaginación, genere interrogantes y, sin excluir el proceso reflexivo, se sitúe más allá de la búsqueda de la comprensión absoluta para trasladarnos al terreno de las emociones.
Obras que poseen una gran densidad plástica, llevando la figuración al límite de la abstracción y reivindicando la autonomía de lo pictórico. La autora presenta narraciones abiertas, vertebradas por fragmentos conectados con determinadas vivencias que, sin someterse a una lógica racional, potencian diferentes lecturas.
A través de distintas puestas en escena que incorporan referencias en la historia del arte, el cine o la literatura, la obras dan cabida también a lo intuitivo y al subconsciente. Juana González se decanta por lo grotesco, lo oscuro y lo desapacible, así como por aquellos sueños y experiencias que, lejos de tratar de documentar la realidad, generan estados de incertidumbre, eludiendo cualquier interpretación cerrada.
Mensajes
Lidia Gil destaca en el catálogo que acompaña la exposición que «encarar los cuadros de Juana González es siempre un desafío», pues invitan a dar rienda suelta a todo un repertorio de “mensajes misteriosos que apelan a nuestro subconsciente para significarse”.
Su imaginario transcurre por todo “un manantial de disidencias mientras despliega una abrumadora cantidad de recursos propios que surgen de la honestidad creativa, de la búsqueda en sus fuentes íntimas, su manera de vivir el mundo, de soñarlo, de inventarlo para aportar una visión auténtica de las cosas”.
Organizada por el Ayuntamiento de Miengo con el apoyo de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, esta es la primera exposición individual de Juana González en Cantabria.