Comisariada por Guillermo Solana, director artístico del Museo, la muestra reúne más de noventa pinturas y una instalación en la Sala Balcón Mirador de una selección de fotografías y películas domésticas realizadas por el propio pintor.
La obra de Magritte introdujo en el arte de nuestro tiempo planteamientos de gran originalidad e imágenes de gran belleza. Su trabajo pictórico, en el que las estructuras racionales establecidas se ponen en entredicho y los valores temporales, espaciales y lingüísticos aceptados se cuestionan en favor de otros modos posibles de entender el mundo, reflejan muchas de las preocupaciones del movimiento liderado por André Breton.
Pero más que seguir intereses comunes del surrealismo, como el sueño propiamente dicho o la psicología profunda, Magritte investigó modos alternativos de afrontar la realidad partiendo de una idea fundamental: la forma en que las cosas “son” no es más que una estructura racional aceptada colectivamente. La libertad se desarrolla cuando esos parámetros de conocimiento se ponen en entredicho y se abren otros nuevos.
La muestra se divide en siete secciones: Los poderes del mago, Imágenes y palabras, Figura y fondo, El cuadro y la ventana, El rostro y la máscara, Mimetismo y Megalomanía.
Tras su paso por el Thyssen, la exposición, que cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid, viajará a CaixaForum Barcelona.