La exposición presenta, entre otras, esculturas de las series Menhires y Catedrales, ambas con carácter arquitectónico. Se incluye también una obra temprana, Rapaziña, que permite ver su evolución desde una cierta figuración a un trabajo en directa relación con el espacio. Las series Reflejos y Eclipses dan muestra del uso de otras tipologías de piedra. En esta panorámica también hay espacio para obras de menor formato, diseños de exterior que se adaptan con gran éxito al espacio galerístico.
Si bien el uso del granito gallego tiene un gran protagonismo y destaca sobre otros materiales, la escultura de Paz ha ido evolucionando a lo largo de los años, pasando por diferentes etapas creativas y valiéndose de diversos medios. En todas ellas, su vínculo con Galicia, la naturaleza y su entorno se ha mantenido como elemento transversal.
Como parte de su relación con los elementos, en la obra de Paz tiene también protagonismo el mar, responsable de procesos de erosión y formación del paisaje. Metafóricamente se podría decir que la memoria del mar moldea muchas de sus piezas y es un elemento fundamental de la condición primigenia de su trabajo. Además es justo reconocer su posicionamiento claro sobre la necesidad de revisar el modelo de relación del hombre con el planeta, hoy de la máxima actualidad y que él defiende desde hace decenios.