Los visitantes de la exposición se encontrarán frente a frente con más de seiscientas piezas del «universo Kubrick»: desde su silla de director, al Niño de las Estrellas, la impresionante maqueta del Discovery o el disfraz de simio de 2001 (1968), pasando por el vestuario o la icónica mesa del Korova Milk Bar en La naranja mecánica (1971), el hacha, la máquina de escribir o los vestidos de las inquietantes gemelas de El resplandor (1980), o las misteriosas máscaras y la capa del doctor Bill Harford durante la secuencia de la orgía en Eyes Wide Shut (1999).
También se muestran decenas de fotografías, atrezo, planes de rodaje, cámaras, objetivos, claquetas, guiones, cuadernos de notas, ilustraciones, storyboards, correspondencia y vestuario, así como una cuidada selección de material audiovisual que permite admirar una de las elipsis temporales más llamativas en la historia del cine en 2001, o disfrutar de la mítica secuencia censurada de las ostras y los caracoles de Espartaco (1960). No faltan escenas de cada una de sus películas, con momentos que forman parte de la memoria colectiva: como el coronel Dax recorriendo las trincheras en Senderos de gloria (1957) o los nobles jugando alrededor de una mesa bajo la luz de las velas en Barry Lyndon (1975).
Mirada única
La exposición se vertebra en torno a la mirada única de Kubrick, su capacidad para recrear espacios y atmósferas singulares, su particular forma de articular las historias y el tiempo, su sensibilidad para adaptar relatos y novelas a la pantalla, su ironía y especial sentido del humor, su difícil relación con el deseo, la guerra y su minuciosidad para estudiar los mecanismos de la historia y del poder.