El título de la muestra procede de una obra que Teixidor (Valencia, 1941) finalizó en el año 2020, Fin de partie, un lienzo al que ha dedicado 18 años de trabajo. Una pintura de grandes dimensiones que toma como referencias las obras Bañistas en el río y Porta fenetre a Colliure de Henri Matisse.
Esta obra ha significado para Teixidor “una constante lucha contra el cuadro y contra mí mismo por superar lo que quería que fuera una representación del mundo matissiano”. Ese equilibro entre construir y destruir es donde el artista valenciano considera que habita el fracaso: “No hay que tener miedo al fracaso. El fracaso es generador de muchos éxitos”.
Con Final de partida el IVAM revisa los más de 50 años de trayectoria de Teixidor, tras la primera exposición que le dedicó el museo en 1997, dando forma a un proyecto que se aleja de una retrospectiva al uso. “La intención es recopilar unos momentos determinados de su itinerario artístico y establecer nuevos diálogos que dan cuenta de la coherencia de su lenguaje plástico”, explica Nuria Enguita, su directora.
Enguita recuerda que Final de partida es un término utilizado en el ajedrez para referirse a un próximo desenlace, alude a la culminación de un largo recorrido de reflexión, investigación y experimentación por parte del artista, una suerte de final de partida sobre la que Teixidor ha comentado que “no sabe si habrá continuidad o no”.
La exposición también rastrea sus fuentes de inspiración y las claves de sus investigaciones en el campo de la pintura. De ahí la inclusión de un bodegón barroco de Juan Van der Hamen, un género que le sigue fascinando, y de dos artistas que han influido en su trabajo: Barnett Newman y Ad Reinhardt.
“Nos interesaba destacar que Teixidor continúa trabajando en obras muy interesantes que se verán por primera vez en la muestra y reflexionar sobre su lenguaje pictórico” que, en palabras de Joan Ramón Escrivà, comisario de la muestra, “después de 50 años sigue insistiendo en la depuración formal, el uso del color, la idea de corporeidad, el uso de la madera o la idea del marco y el dintel”.
La exposición termina en una suerte de capilla que invita a contemplar seis pinturas negras, una serie a la que ha dedicado decenas de obras rehuyendo de las connotaciones trágicas proyectadas a través de él por los artistas del Barroco o del Informalismo.
“He intentado ser honesto conmigo mismo. Siempre fui un pintor abstracto, he permanecido fiel a mi manera de expresar y de llegar a entender qué es eso que se llama arte”, concluye Teixidor.
Gramática pictórica
La obra de Teixidor indaga de manera obsesiva en la fisicidad misma de la pintura, en la investigación del espacio y en la tensión vibrante entre la geometría y el gesto. En este sentido, Final de partida está concebida como una exploración de su gramática pictórica desarrollada durante más de seis décadas en el terreno de la abstracción. La muestra incorpora obras realizadas desde sus inicios, vinculado a los grupos de vanguardia Nueva Generación y Antes del Arte, así como una cuidada selección de pinturas de las series más significativas de su trayectoria, en diálogo con las obras pertenecientes a la colección del IVAM.
También presta una especial atención a su producción más reciente e inédita y rastrea algunas de las fuentes que han inspirado sus investigaciones en el campo de la pintura abstracta. Se completa con una serie de materiales procesuales escasamente conocidos, procedentes de su archivo: cuadernos de notas y dibujos, polaroids o esquemas y organigramas que dan fe de los complejos procedimientos ideados por Teixidor para llevar a cabo su pintura y sus diversas exposiciones a lo largo del tiempo.