La muestra examina el género del retrato a través de pinturas, fotografías, esculturas y vídeos –procedentes de la Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa”– que ponen de manifiesto la diversidad de estrategias de representación que utilizan los artistas para abordar la subjetividad y la identidad en nuestra época.
“Durante treinta años la colección ha reunido un significativo conjunto de obras con el fin de promover el conocimiento y la reflexión crítica sobre nuestra sociedad”, destaca Nimfa Bisbe, su comisaria y jefa de Colecciones de la Fundación ”la Caixa”. Esta exposición se ajusta a ese propósito, al mostrar los trabajos de relevantes artistas que investigan cómo la cultura actual, dominada por la tecnología y la imagen, afecta a la representación de la identidad, en especial cuando esta noción ya no es estable y predeterminada, sino fluida y ambigua y sometida a perpetuo cambio.
En concreto, ¡Mírame! presenta 24 obras de artistas, mujeres en su mayoría, de entre los que destacan Cindy Sherman, Esther Ferrer, Jean-Michel Basquiat o Bruce Nauman, que examinan conceptos como verdad, apariencia y representación, así como también memoria y ficción. Algunas ponen a prueba los cánones normativos del retrato, y revelan las convenciones a las que responden para alcanzar verosimilitud. Tanto pinturas como fotografías se valen de máscaras y maquillajes con el fin de experimentar la potencialidad de tales artificios en la producción de desconcertantes efectos de realidad.
Hay artistas que se interesan por la anonimidad del retrato, en tanto que otros desarticulan roles sociales y abordan el reto que entraña la representación de la identidad. Para Bisbe “en el cruce de miradas que se establece en esta exposición los retratos no dejan de observar al espectador, como si planteasen aquellas cuestiones tan eternamente humanas: ¿Quiénes son?, ¿Cómo los veo?, ¿Quién soy yo?, ¿Cómo me ven?”.
La instalación de 36 fotografías Cabinet of de la artista multidisciplinar estadounidense Roni Horn constituye el punto de partida de la muestra, que se ha configurado como una confluencia de miradas que invitan al espectador a observar y, al mismo tiempo, a sentirse reflejado en ese espejo social que es el retrato.