Como una máquina de coser en un campo de trigo propone un recorrido por las prácticas de vanguardia que Tosquelles desarrolló en los campos terapéutico, político y cultural. Con su trabajo dignificó la vida de aquellos que no importaban, los abandonados en los manicomios, al mismo tiempo que cuestionó el significado de la normalidad en una Europa dominada por los totalitarismos. Hoy es un referente para reflexionar sobre el valor de la salud mental en momentos de crisis extrema.
El título de la exposición remite a la frase de Lautréamont que inspiró a los surrealistas para defender el azar de la belleza: “Bello como el encuentro fortuito de una máquina de coser con un paraguas sobre una mesa de disección”. Con la expresión “como una máquina de coser en un campo de trigo”, Tosquelles, que hizo de la escritura, el arte y el teatro un instrumento básico de la terapia, sintetiza su concepción de la psiquiatría como una reunión de realidades aparentemente ajenas, ligadas a la tierra, al mundo del trabajo colectivo, al hacer imaginativo y a la naturaleza: el campo de trigo.
La historia de este intelectual es un recorrido por la historia de la Europa del siglo XX, una época convulsa y dramática que obligaba a confrontarse con las neurosis individuales y colectivas, cuestionando la distinción tradicional entre patología y normalidad. En Francia llegó a dirigir un centro experimental de cuidados en el Hospital Psiquiátrico de Saint-Alban, que se convirtió en lugar de acogida y refugio de resistentes y escritores franceses como Paul Eluard –perseguido por el nazismo– o Tristan Tzara. Entre 1952 y 1953, figuras tan relevantes como Frantz Fanon concluyeron su formación en psiquiatría junto a Tosquelles.
Alejándose de las estructuras convencionales, Tosquelles revolucionó la institución psiquiátrica y humanizó la vida de miles de pacientes. Abogaba por la transformación y adaptación constante de la institución a las necesidades y condiciones de los enfermos y velaba por abrir el hospital psiquiátrico y fomentar el vínculo social de los pacientes, considerando el teatro, el cine, el arte y la escritura como herramientas terapéuticas fundamentales.
En Saint-Alban, donde trabajó entre 1940 y 1962 y que hora lleva su nombre, artistas de vanguardia convivieron con internos y trabajadores, cuestionando la división tradicional entre normalidad y patología. Como consecuencia, Tosquelles inauguró un campo fértil de actividad que dio lugar al nacimiento del art brut, pero también creó un espacio de inclusión en el que las personas “normales” y “marginales” –enfermos o exiliados como él mismo– encontraron un territorio común.
Hoja de sala: Francesc Tosquelles. Como una máquina de coser en un campo de trigo
Un heterodoxo
La muestra ocupa 11 salas de la tercera planta del edificio Sabatini e incluye una amplia variedad de obras de arte de surrealistas como Dalí o Man Ray o de artistas como Joan Miró y Antonin Artaud; de impulsores del art brut como Jean Dubuffet, Karel Appel, Henri Michaux, Léon Schwarz-Abrys o José García Tella; creaciones de pacientes como Marguerite Sirvins o Auguste Forestier; filmes y vídeos de Mario Ruspoli o Angela Melitopoulos; fotografías de Agustí Centelles, Alec Wainman o Jacques Matarasso, así como abundante material documental inédito procedente de instituciones psiquiátricas que puede verse por primera vez en un museo. Además, en diversas salas se proyectan breves extractos de una entrevista a Tosquelles realizada en 1986 conducida por Jean-Claude Polack y Danielle Sivadon y filmada por François Pain en la que se revela su carácter heterodoxo.
Itinerario de la muestra:
– Les Abattoirs, Toulouse (octubre 2021- marzo 2022).
– CCCB, Barcelona (7 de abril 2022 – 28 de agosto 2022).
– Museo Reina Sofía, Madrid (28 de septiembre 2022 – 27 de marzo 2023).
– American Folk Art Museum, Nueva York (12 de junio – 23 de octubre 2023).