Álvaro Urbano ha creado una instalación que parte de su obra Hotel Gazmira (2021), perteneciente a la Colección de TEA, que contiene obras escultóricas producidas para la exposición como Papaver Somniferum 1, 2 y 3 (2023) Higuera del Diablo (2023) o Panales de abeja (2023). De enorme complejidad, Urbano genera un espacio que enfrenta al espectador con distintos presentes posibles en los que la ruina es a su vez una propuesta de continuidad.
En Acto I: La eterna adolescencia, Álvaro Urbano introduce al espectador en una ensoñación atemporal con la recreación del Gazmira, un hotel que comenzó a construirse a finales de la década de 1950 en la montaña de Tenisca (La Palma) y que nunca fue finalizado.
Como proyecto inconcluso del arquitecto palmero Rubens Henríquez, el Gazmira dejó congelada la promesa radiante del turismo en la isla. Tras una década de enormes beneficios económicos, provenientes de la emigración y la agricultura, parecía lógico reinvertir los mismos en un nuevo proyecto capaz de extraer aun mayor rendimiento de la tierra. Una combinación de agua de calidad para el riego, en manos privadas desde la conquista, junto a largas horas de sol, parecía ser una combinación tan propicia para el turismo como lo estaba siendo para el plátano. Esto ocurría en una isla en la que la geología y con ella el humano, parecen aún hoy, participar de un ciclo sin fin de destrucción y renacimiento constante.
Insolación toma su título de dos novelas del mismo título, una de Carmen Laforet y la otra de Emilia Pardo Bazán. En ambas, los personajes, un adolescente y una viuda, parecen despertar a una nueva y cruda percepción de la realidad tras una serie de acontecimientos triviales. Esto parece ocurrir en los trabajos de Sofía Bassi, José Martín o Beatriz Santiago Muñoz, quienes plantean líneas divergentes en el relato de la historia del arte.
En el caso de Ester Partegàs, artista que presenta parte del trabajo desarrollado en la academia americana de Roma el pasado verano, se produce una inversión en el concepto de lo escultórico como contramonumento. En ese sentido, las últimas entrevistas a Clarice Lispector y Pier Paolo Pasolini proponen igualmente la posibilidad de pensar el arte y la cultura como espacios especulativos más allá de la corrección política y social.
Las obras que conforman esta exposición colectiva son las pinturas de Sofía Bassi Cazando Estrellas (1965), Cascada (1965), Operación Salvamento, ELC (1969), Samotracia, ELC (1969), La Quijote, ELC (1969), La Quijotita, ELC (1969), La Quimera del Quijote, ELC (1969) Sofía Bassi Eclosión, ELC (1968), Resurrección, ELC (1971), La Diosa Emplumada (1967), Más vale encender una luz, que maldecir las tinieblas (Buda) (1994), En su torre solitaria (1994), Árbol (1995), El Traspaso (1994) y La dama que se aleja, ELC (1970). También cuenta con las pinturas de José Martín El entierro (ca.1978), Ataque en Nueva York (ca.1980) y Entierro de la sardina (1979).
En la muestra también se exhibe una escena de martirio del siglo XVIII de autoría anónima, perteneciente a la Colección del Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. Los vídeos de Beatriz Santiago Muñoz, Marché Salomón (2016) y Película de desastre (2003); los dibujos de Raimond Chaves junto a Gilda Mantilla, Secretos de la Amazonía. Río Tomo (2011) y Punts (2023); y las obras de Ester Partegàs, Part (laundry baskets) (2023), Real Estate (laundry baskets) (2023) y (knead penetrate let go), también forman parte de esta muestra que incluye obras de la Colección TEA como la pintura de José Martín y las fotografías de Sonja Braas Forces #31 (2003), Forces #26 (2003) y Forces #4 (2003).
Ambas exposiciones pueden visitarse de manera gratuita en TEA, de martes a domingo y festivos, de 10.00 a 20.00 h.
Acto I: La eterna adolescencia estará abierta hasta el 18 de febrero de 2024, mientras que Insolación se clausurará el 25 de febrero.