«No se trata de un recorrido cronológico por el arte español del siglo XX, sino de destacar afinidades y contrastes entre obras que reflejan distintas preocupaciones y lecturas del siglo pasado», explica María Dolores Jiménez-Blanco, profesora de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid y comisaria. «Esta muestra trata de explorar la capacidad de la pintura y la escultura de la época para revelar preocupaciones que van más allá de lo plástico, pero sin prescindir de ello».
Por otro lado, esta exposición descubre los gustos, líneas de trabajo y sensibilidades que han caracterizado la pasión coleccionista de los distintos miembros de la familia Masaveu a lo largo de los años. Especialmente orientada hacia el arte español, esta colección cuenta con una nutrida selección de artistas asturianos, algunos de ellos integrados en el discurso de esta muestra.
Estructurada en 14 secciones, el relato expositivo se inicia con el cubismo a través de pinturas de Pablo Picasso, Juan Gris o María Blanchard, que comparten espacio con una escultura de Julio González, artífice de una de las vías de renovación de la escultura del siglo XX. Los cuatro forman parte de esa selecta nómina de artistas que han participado en el relato fundacional del arte moderno.
La exposición analiza los diferentes lenguajes que convivieron durante las primeras décadas del siglo, como lo ilustran las obras de Joaquín Sorolla, José Gutiérrez Solana, Isidro Nonell o Joaquín Sunyer, entre otros. A continuación, el posicionamiento político de quienes mantuvieron activamente sus convicciones antes y después de la Guerra Civil, tanto fuera como dentro del país, se traduce en pinturas y esculturas de Francisco Bores, Óscar Domínguez, Baltasar Lobo, Luis Fernández y Joan Miró.
En el periodo de posguerra, la etapa místico-nuclear de Salvador Dalí se visibiliza en su Assumpta Corpuscularia Lapislazulina (1952), expuesta en contadas ocasiones, y a la que en esta exposición se le dedica una sala en exclusiva.
Ya en el realismo, hay obras de, entre otros, Antonio López, Julio López Hernández y Amalia Avia, para dar paso a la materia y fisicidad de las propuestas de Lucio Muñoz, Antoni Tàpies y Antonio Saura. El informalismo, una forma de abstracción que oficializó internacionalmente la modernización del arte español, está representado con piezas de Juana Francés, Manolo Millares, Rafael Canogar, Luis Feito, Manuel Rivera, Martín Chirino, César Manrique y Eduardo Chillida.
La exposición también permite profundizar en otras figuraciones, prácticas artísticas y movimientos del siglo XX como el paisaje abstracto, con Fernando Zóbel o Gustavo Torner; la abstracción geométrica, con Sempere, Palazuelo o Soledad Sevilla; el arte pop, con Equipo Crónica o Juan Genovés, o la nueva figuración madrileña a través de las obras de Luis Gordillo o Juan Navarro Baldeweg. Junto a todos ellos aparece Miquel Barceló, que cuenta con una sección propia que ejemplifica la apuesta personal que asumió Pedro Masaveu Peterson impulsando la obra del artista mallorquín desde sus comienzos.
Los últimos años del siglo XX, con la llegada del arte conceptual, se caracterizan por una creciente tendencia a borrar los límites tradicionales de lo artístico. Así, la exposición concluye con obras de Juan Muñoz, Jaume Plensa, Ignasi Aballí o Cristina Iglesias, entre otros, ofreciendo al visitante una visión completa de lo que fue el devenir artístico y estético del arte español del pasado siglo.
Para completar el discurso, la muestra incluye 19 obras sobre papel –dibujos y collages– de artistas del siglo XX. Entre ellos están creadores clave de las vanguardias, como Pablo Picasso, Julio González, Luis Fernández, Benjamín Palencia, Nicolás de Lekuona, Ángel Ferrant, Salvador Dalí o Maruja Mallo.
Ejemplo único
Propiedad de la Corporación Masaveu, esta colección reúne uno de los fondos artísticos privados más importantes de España, y es un ejemplo único dentro del ámbito del coleccionismo privado de la nueva burguesía industrial y financiera de los siglos XIX al XXI.
Este conjunto destaca no sólo por su elevado número de piezas sino también por su excepcional valor artístico y variedad, pues abarca desde la Edad Media hasta la primera década del siglo XXI, e incluye obras de autores como el Greco, Zurbarán, Murillo, Goya, Picasso, Miró o Braque, entre otros.
Actualmente, la colección es gestionada por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson. «Desde que la Fundación asumió en 2013 la gestión de este rico fondo se han organizado diversos proyectos expositivos que profundizan en el estudio y difusión de conjuntos de relevancia dentro de la Colección Masaveu, como es éste, que hasta ahora había permanecido prácticamente inédito para el público», explica Álvaro Sánchez, secretario de su patronato.