Cindy Sherman. Untitled #588. 2016/2018. © Cindy Sherman. Courtesy the artist and Hauser & Wirth.

Sherman es conocida por cuestionar los estándares de belleza y los estereotipos de género mediante autorretratos transformativos en los que utiliza disfraces y maquillaje, retando convenciones y sacando a la luz cómo la identidad es fruto de una construcción social muy poco inocente.

La muestra abarca cinco décadas de producción y profundiza en su peculiar enfoque de la moda. Porque, paradójicamente, desde la década de 1980, la artista ha recibido encargos de reconocidas firmas como Comme des Garçons, John Galliano o Balenciaga, y publicaciones como Vogue, Interview o Harper’s Bazaar, integrando una crítica irónica y hasta subversiva a los ideales de belleza promovidos desde estas mismas «plataformas». Una obra que se aleja de la estética convencional de las sesiones con modelos, optando por personajes provocativos y a menudo grotescos que desafían la percepción común de la belleza y la feminidad.

Año Ensor

FOMU contribuye con esta exposición al proyecto ENSOR 2024, que conmemora los 75 años del fallecimiento del pintor belga James Ensor (Ostende, 1860-1949). No en vano, ambos creadores comparten una visión crítica de la sociedad y una predilección por el uso de máscaras y disfraces para abordar la realidad. Las fotografías de Sherman, al igual que las obras de Ensor, interrogan las nociones de identidad y representación, y denuncian las presiones y expectativas sociales impuestas, en su caso sobre todo a las mujeres.

 

Sus provocativas fotografías no son glamurosas, sensuales ni elegantes. Para ella, la moda es el punto de partida para un examen abrasivo de las expectativas sociales en torno al género, la belleza y la edad. Sus innumerables personajes destacan la naturaleza construida –y por lo tanto cambiante– de la identidad.

En paralelo, Anti-Fashion ofrece una selección de sus primeros trabajos que incluye obras de su etapa como estudiante y la serie Untitled Film Stills, que la catapultó al reconocimiento internacional en la década de 1970. Esta parte de la muestra, desarrollada junto a Gabriele Schor, directora de la Colección VERBUND (Viena), permite explorar los cimientos de sus reflexiones sobre la imagen y la identidad femeninas.

Untitled Film Still #17, 1978, Gelatin silver print © Cindy Sherman, Courtesy the artist and Hauser & Wirth.

Untitled Film Still #17, 1978, Gelatin silver print © Cindy Sherman, Courtesy the artist and Hauser & Wirth.

Esta obra temprana ofrece una introducción a los elementos clave de su trabajo. Utilizando maquillaje, ropa de segunda mano y pelucas, la fotógrafa se transforma en una amplia gama de personajes. Captura estas performances en imágenes, creando así historias complejas y ambiguas. Este juego de disfrazarse lo mantendrá de forma consistente a lo largo de las décadas siguientes, hasta ahora.

Esta exposición –organizada por la Staatsgalerie Stuttgart en colaboración con el estudio de la artista en Nueva York y su galería Hauser & Wirth– se suma a la línea de trabajo del FOMU con la que busca mostrar a artistas que desafían y transforman el entendimiento convencional de la imagen y la identidad.

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La identidad como constructo

Untitled #414, 2003, Chromogenic color print © Cindy Sherman, Courtesy the artist and Hauser & Wirth.

Untitled #414, 2003, Chromogenic color print © Cindy Sherman, Courtesy the artist and Hauser & Wirth.

En sus fotografías, Cindy Sherman examina la identidad como un constructo, explorando las formas en que la mujer es representada en los medios de comunicación de masas.

Desde la década de 1970 ha actuado como su propio modelo… y es una maestra del disfraz. Usando una cámara, un espejo, maquillaje y un armario lleno de pelucas y complementos, asume constantemente nuevas identidades, inspirándose en los clichés visuales del cine, la televisión, la moda, las revistas, la historia del arte e internet.

Exagera estereotipos hasta dimensiones absurdas e incluso grotescas para exponer las concepciones imperantes de género, belleza y envejecimiento. Somete así a investigación crítica los patrones visuales dominantes, sorprendiendo continuamente al espectador con sus personajes y temas. Con humor e inteligencia le pone un espejo delante.

Pero aunque solo se utiliza a sí misma como modelo, no considera sus fotografías como autorretratos. Sus personajes están basados en estereotipos de feminidad profundamente arraigados en la cultura visual y que son una fuente constante de estándares de belleza o, lo que es lo mismo, de expectativas opresivas.