Comisariada por José Luis Merino Gorospe, conservador de Arte Antiguo del Museo de Bilbao, la muestra recorre cuatro siglos y pone el acento en los géneros del retrato y el arte religioso, acompañados por ejemplos relevantes de naturaleza muerta y paisaje. Además, ocupan un lugar señalado los pintores que desarrollaron su carrera en Sevilla, desde el guipuzcoano Ignacio de Iriarte, que llegó a la ciudad hacia 1642, hasta Juan de Roelas, Herrera el Viejo, Zurbarán o Murillo.
Como novedad, se presentará por primera vez al público el lienzo La plaza de toros de Sevilla (c. 1870) de Mariano Fortuny, recientemente adquirido, y que, además de su valor artístico, destaca por su interés iconográfico. El pintor resuelve la representación de la plaza en una composición dividida a partes iguales entre el celaje y el albero y los tendidos, y protagonizada por la pincelada deshecha con la que Fortuny dispone luces y sombras.
Con motivo de esta exposición, la Consejería de Cultura andaluza ha editado un catálogo con un ensayo del comisario y comentarios expertos de las obras a cargo de los historiadores Manuel Arias, Manuela Mena, José Luis Díez, Valme Muñoz, Ignacio Cano, José Gómez Frechina, Carmen Morte, Leticia Ruiz, Javier Novo, Benito Navarrete, José Luis Merino Gorospe, Peter Cherry y Mikel Lertxundi.
Obras destacadas
El recorrido expositivo presenta principalmente pinturas, junto con dos tallas en madera de pequeño formato y temática religiosa: Calvario (c. 1576-1580) de Juan de Anchieta y Dolorosa (c. 1754-1756) de Juan Pascual de Mena. Entre las obras a destacar están La Anunciación (1597-1600) del Greco, Santa Isabel de Turingia y Santa Catalina de Alejandría (c. 1650-1660) de Zurbarán, San Pedro en lágrimas (c. 1650-1655) de Murillo, Vista de Bermeo (1783) de Paret, Retrato de Martín Zapater (1797) de Goya o Doña Rosita Gutiérrez (1915) de Zuloaga.