En esta propuesta expositiva, el escritor Manuel Vicent (Villavieja, Castellón, 1936) realiza un «comisariado literario» en torno a la obra de Sorolla con el Mediterráneo como hilo conductor. Tras su paso por Madrid, esta muestra se presenta en Valencia con una selección ampliada de 109 lienzos datados entre 1886 y 1920, entre los que figuran obras maestras que excepcionalmente han salido de su sede en el Museo Sorolla de Madrid, actualmente en obras, como Saliendo del baño (1915), La hora del baño, Valencia (1909), Pescadores valencianos (1903) o Después del baño, Valencia (1909).

Las palabras del escritor revisan desde la vivencia y la creación literaria los espacios que Sorolla habitó y trasladó a sus lienzos, y que ofrecen una amplia visión de la vida en torno al mar en el periodo de entre siglos. Ambos creadores confluyen en una misma visión naturalista. Vicent reconstruye su propia memoria en torno al mar, otorga voz a la vida que subyace en la iconografía universal de Sorolla y, al mismo tiempo, reflexiona sobre la estética luminista del pintor y su posicionamiento como artista.

La exposición se completa con una selección de fotografías de época que tienen como protagonistas a Sorolla y sus escenarios costeros. El conjunto de obras reunidas procede de las colecciones del Museo Sorolla, Fundación Museo Sorolla, Fundación Bancaja, Diputación de Valencia, Colección Hortensia Herrero, así como de diversas colecciones particulares.

Mar y espiritualidad

La muestra se articula en cuatro secciones en las que el mar es el escenario donde sucede el relato visual de Sorolla y el literario de Vicent: El subconsciente está lleno de algas, Un drama naturalista bajo la luz del Mediterráneo, Veraneantes burgueses en el Cabanyal y En el mar de Xàbia. De esta manera, mientras que en la primera sección el escritor aborda su relación con el Mediterráneo desde la infancia hasta la adolescencia, en la segunda nos traslada al drama naturalista palpable en los cuadros. Este micromundo en sí mismo que es la playa del Cabanyal de Valencia, en la que se entremezclan todas las clases sociales, es analizado por el escritor en la tercera sección, para en la última trasladarnos hasta Xàbia, Alicante, y reflexionar conjuntamente sobre el placer, la belleza y el mar como forma de espiritualidad.