Vienen de Japón, de Francia, de Reino Unido, de Colombia, de Dinamarca o de México. Son artistas, creadoras, buscan la belleza, se rodean de arte y quieren, ante todo, compartir su particular mundo con otras mujeres y empaparse de los universos de otras igual de curiosas: intérpretes, cuentistas, cantantes, actrices, bailarinas, artistas visuales y sonoras… Por supuesto, también quieren ofrecer a los ciudadanos una visión de la creación femenina «tantas veces preconceptuada», afirmaba este martes en la presentación la directora del Festival, Amaranta Osorio.
Solidaridad, lo importante
«Se trata de un Festival en el que no hay una sola cabeza y en el que la solidaridad es lo importante. Todas estas mujeres me inspiraron. Ese es el sentido de esta red. Entre todas podemos hacer lo que soñemos», añadía con entusiasmo y cierta emoción ante la llegada del proyecto a nuestro país.
Esta primera edición española, ya que el año pasado se celebró en Cuba y en Dinamarca, va de la mano de The Magdalena Project [1], una red internacional de mujeres del teatro contemporáneo que pretende acercar las actividades artísticas femeninas al público y servir como nexo entre ellas, fomentar la discusión y la crítica sobre la actualidad. Esta organización fue creada en 1986 y actualmente está conectada con más de 50 países con grupos autónomos que en cada nación organizan diferentes encuentros y eventos.
Espectáculos para todos
El festival cuenta con 12 espectáculos largos y cinco cortos, además de siete talleres y diferentes espacios de intercambio, como laboratorios y demostraciones de trabajo y charlas, de los que podrá disfrutar el público. Todos ellos están creados por reconocidas artistas o compañías nacionales o internacionales como Julia Varley (Odin Theatret-Dinamarca), Keiin Yoshimura (Japón), Jill Greenhalgh (Reino Unido y fundadora del Magdalena Project), Voix Polyphoniques (Francia) o L’Explose (Colombia), entre otros.
Entre los espectáculos de larga duración se encuentran, por ejemplo, ¿Por quién lloran mis amores?, de la compañía colombiana L’Explose, un solo de danza contemporánea en el que la historia está construida a partir de un espacio escénico conformado por 300 vasos de cristal que encierran a la bailarina en su propia intimidad haciendo del espectador un ‘voyeur’ de su privacidad.
También Chants de la Mer Noir, por la compañía Voix Polyphoniques, en el que un trío sutil, hermoso y delicado forma a capella una sola voz polifónica. Ave María, de Julia Varley, homenajea a la actriz chilena María Canepa, o Geografía personal, de la mexicana Mercedes Hernández, que supone una vuelta a los recuerdos sobre sus antepasados que no sabía que tenía.
Para 2017 los organizadores ya han anunciado que habrá un nuevo festival en Barcelona, el segundo en nuestro país.