[1]En las últimas décadas, el asunto del territorio y el modo en que el régimen de propiedad ha dominado y articula las relaciones sociales ha generado conflictos de diversa índole a lo largo y ancho del planeta. Hasta tal punto que los intereses especulativos han quedado por encima de las necesidades de cobijo, vida y convivialidad. A lo largo de los últimos años, Adelita Husni-Bey, en colaboración con varios agentes y espacios, ha trabajado en relación a los asuntos del derecho a la ciudad y el derecho a la vivienda.
La práctica de la artista ha estado caracterizada por la apertura de procesos que se desarrollan en el tiempo y en los que convoca a diversos agentes para articular su práctica. El disenso, como un modo de contrarrestar la ideología dominante y abrir grietas en el sentido para producir nuevos imaginarios viene acompañado en su caso de metodologías de colaboración en las que se cuestiona el orden legal existente y en las que el trabajo del lenguaje se vuelve fundamental para desafiar la representación política imperante.
Comisariada por Pablo Martínez, Libro blanco: sobre la tierra, la ley y el imaginario reúne algunas de las piezas que la artista ha realizado en El Cairo, Utrecht, Móstoles, Madrid y Barcelona. En The Land (La tierra, 2014), Husni-Bey investiga las tensiones y conflictos que emergen en los procesos llamados de regeneración urbana, tras los que solo residen intereses especulativos y de gentrificación. Esta videoinstalación muestra, a través de los afectados por un plan de desarrollo metropolitano de financiación público-privada, la amenaza de permanencia de muchos asentamientos informales en diversos barrios de la ciudad.
En The Law (La ley, 2015) se recoge un conjunto de paneles con el texto de la Convención sobre el uso del espacio, un instrumento jurídico que fue elaborado entre marzo y mayo de 2015 en los Países Bajos como respuesta a la crisis relacionada con el derecho al uso del espacio: la falta de viviendas asequibles, la falta de recursos para los sin papeles, el aumento de los alquileres y la criminalización de la okupación.
Okupación
[2]La Convención considera el espacio un «bien» que no debe ser privatizado o permanecer sin uso con fines especulativos y enumera los usos en los que la okupación debería estar protegida, como los servicios de salud gratuitos, el intercambio de conocimiento y habilidades, la ocupación de espacios en señal de protesta o con fines habitacionales, sistemas cooperativos a cargo de la distribución de la riqueza y el trabajo, la prestación de apoyo mental y físico, o la toma de espacio con el fin de protegerlo de la destrucción ambiental.
La exposición incluye también la fase española del proyecto, realizada entre junio y septiembre de 2016 en diversos espacios independientes y centros sociales okupados en donde se realizaron reuniones públicas para redactar la versión española del texto. Prestando especial atención a la genealogía histórica de la cuestión de la vivienda en España y el consiguiente desarrollo de la legislación, las reuniones contaron con la participación de artistas, activistas, abogados y diversos agentes implicados en movimientos sociales.
Una mesa producida para la muestra incorpora las actas de los seis encuentros, compuestas de dibujos, objetos, gráficos y textos. Junto a la mesa, una biblioteca con documentación en torno al proyecto así como diversos vídeos documentales sobre el problema de la vivienda y la criminalización de la okupación en España.