Comisariada por Ana Arambarri, la muestra incluye una selección de diseños realizados por Corazón a lo largo de los últimos 50 años: 132 carteles, 115 imágenes y bocetos, 145 logos, objetos y maquetas.
A lo largo de su carrera ha trabajado en el área del diseño gráfico e industrial. Explica Corazón que “el riesgo del diseño, hoy en día, es olvidarse de la funcionalidad y aceptar la penalización de la estética. En los últimos años el ratón del ordenador ha sustituido al lápiz y ya nada puede ser como antes. En todos los sentidos, conceptual y formalmente”.
«Para Alberto cada proyecto es único. Es un nuevo desafío y los diseña con la misma intensidad», asegura Arambarri. El diseñador, pintor y escultor defiende el diseño como una actividad inteligente, consecuencia de la reflexión y el pensamiento. El esfuerzo creativo se concreta a través de bocetos, dibujos y esquemas que recogen la estrategia de comunicación.
Para Corazón, «el diseño responde siempre a un encargo y su primer objetivo debe ser defender ese encargo», este rasgo es el que lo aleja de la creación artística, pero, además, tiene que estar al servicio de la comunidad, «tiene que ser una herramienta que nos permita mejorar nuestra relación con todo lo que nos rodea».
Alberto Corazón cree que la excelencia para este oficio está en las neuronas, nunca en los recursos informáticos, «el ordenador es una herramienta interesante, pero sólo es una herramienta».
La revolución del libro y el cartel
En la exposición se tratan cinco temáticas características de su obra. La primera revolución gráfica: el libro tiene que ver con la irrupción de éste, «el punto de partida del diseño como profesión estuvo provocado por la Revolución Industrial, que transformó nuestra realidad natural en un entorno de objetos y signos”. En la producción de un libro intervienen todas las áreas de las artes gráficas: diseño, composición, grabados, impresión y encuadernación. «Entre las viejas imprentas aprendí no solo un oficio sino un modo de entender la vida», recuerda Corazón.
El siguiente tema, El cartel, una superficie urbana para la reflexión, trata este recurso. El cartel llegó en los inicios del siglo XX a un entorno urbano gris y carente de estímulos, iluminando la calle y cambiando el entorno. Con el paso de los años fue perdiendo su eficacia publicitaria a favor de los nuevos medios de comunicación, pero en el siglo XXI ha recuperado protagonismo. Alberto Corazón entiende el cartel como una superficie de comunicación y reflexión, mediante la utilización de un lenguaje gráfico que, con suave elegancia, resulta eficaz, contundente, directo y empático.
Logotipos, símbolos y cotidianidad
Por otro lado están los Logotipos y símbolos: señales generadoras de Identidad. Las “señales de identidad” que ha diseñado tienen una fuerte presencia en la cotidianidad.
El cuarto apartado, Diseño Gráfico y diseño industrial, una cuestión de estrategia, profundiza en su capacidad para crear imágenes de enorme potencia visual, algo que nunca le ha alejado de lo esencial en el diseño, la estrategia. Para él, diseñar es la herramienta para optimizar la relación con el entorno. El diseñador realiza un servicio profesional a la comunidad, cuyo último fin es mejorar la calidad de vida.
La última sección que se presenta en la exposición es Objetos de uso cotidiano, donde los objetos no se han diseñado obedeciendo al gusto personal ni a las tendencias de moda. Para Alberto Corazón son los arquetipos con los que, alguna vez, el diseñador debe medirse.
El artista ha sido creador de logos de instituciones como Paradores, RENFE o la ONCE. Se exhiben libros, bocetos originales, documentos y carteles, todo con un refuerzo visual y didáctico a base de proyecciones y audiovisuales. La muestra, en definitiva, propone potenciar el diseño como una herramienta fundamental para impulsar la innovación y la creatividad.
Pero, a pesar de esta distribución temática, la exposición se podría haber organizado cronológicamente. «Si se mira por años, la muestra va contando la historia de España, en la que el diseño tuvo un protagonismo esencial. A partir de la Transición el diseño fue el modernizador del país», explica Ana Arambarri. Este protagonismo del diseño hizo caer en muchas ocasiones en la mediocridad, «se aceptaron unas cosas que hoy en día no se aceptarían». Según Corazón un buen ejemplo de esto en la actualidad es el nuevo diseño del logotipo del Partido Popular, al que ha calificado de «prodigio de la mediocridad».
Actividades paralelas
Con motivo de la exposición se han programado varios talleres para que niños, jóvenes y adultos se conviertan en diseñadores por unas horas y, a través de la electrónica y tecnología, también puedan acercarse al mundo de la joyería y ropa inteligente. Además habrá visitas comentadas gratuitas todos los martes a las 12.00 y a las 18.00 h.
Dentro de la propia muestra se creará un espacio educativo llamado El diseño te llama. En este espacio se invita al visitante a ponerse en la piel de un diseñador a través de una serie de actividades que puede realizar de manera autónoma.
Diseñador, pintor y escultor
Alberto Corazón (Madrid, 1942) es uno de los diseñadores españoles con más proyección internacional. Su huella conceptual y estética es prolija. Ha publicado una decena de libros sobre diseño y creación plástica, exponentes del compromiso con su trabajo. Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ha sido premiado por el Arts Director Club de Nueva York, el British Design y el Design Council International.
Desarrolla su trabajo profesional tanto en el área del diseño gráfico como en la del diseño industrial. En 1989 ganó el Premio Nacional de Diseño y es el único diseñador europeo que ha recibido la Medalla de Oro del American Institute of Graphic Arts, el más importante premio internacional en el área de la Comunicación Visual.