“Lo que nos hizo sapiens fue aprender a hacer fuego –explica Corazón–, inventar herramientas básicas, el cuchillo y el cuenco, y sobre todo compartir una descripción simbólica de lo que nos rodea: las pinturas de los abrigos prehistóricos. Esas pinturas, todavía enigmáticas en su función, se resuelven con un cromatismo mínimo. El negro de los tizones de fuego, el rojo de la sangre de la caza, el blanco de las cenizas y el bistre, un marrón rojizo que mezcla arcilla y sangre. Hace 40.000 años estos pintores abren el relato de lo que llamamos Historia del Arte. Un relato que Malévich y el Constructivismo sueñan con dar por finalizado con el abisal Cuadrado blanco sobre fondo blanco”.
En Despojarse, Corazón pretende emprender el camino inverso, desandar la Historia del Arte: “También el Constructivismo se compone con aquel cromatismo seminal de las pinturas primitivas: rojo, blanco, negro. De ahí he querido partir, pintar desde el despojamiento. Recuperar los colores, el dibujo y pintar furiosamente”.
Corazón es pintor, escultor y uno de los grandes renovadores del diseño en España. A comienzos de los 70 promueve las primeras manifestaciones de arte conceptual en nuestro país a través de la Galería Redor. En esos años crea Alberto Corazón Editor, que introduce en el mercado español los textos de las vanguardias históricas y las corrientes estructuralistas. Corazón ha sido reconocido con el Premio Nacional de Diseño y es académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.