La muestra construye un puente entre presente y pasado en la trayectoria del artista, siguiendo el hilo narrativo de dos publicaciones que realizó en 1993: Bikers y Los malheridos, los bien amados, los traidores. Estos trabajos resumen dos de las temáticas esenciales del autor, y que siguen inspirándole en la actualidad: la moto y el retrato, para García-Alix dos formas esenciales de comprensión de la realidad a través de la fotografía.
La exposición muestra la progresión en el tratamiento de estos dos corpus elementales en su obra que constatan el paso del tiempo y la evolución formal hacia un uso más abstracto y alegórico de la imagen.
Sombras del viento construye, a partir de una selección de más de cien imágenes realizadas entre 1983 y 2015 y de la reproducción de los libros originales en formato vídeo, una parábola sobre la obra del García-Alix más esencial e íntimo, basculando entre dos temáticas que le definen como artista y como persona, en un arco temporal de más de treinta años de trabajo fotográfico.
Alrededor de 60 obras son piezas de nueva producción y pueden verse en gran formato en los muros del museo. El resto son fotografías de época o procedentes de la colección personal del artista, y se muestran en vitrinas modulares.
Una forma de vida
La exposición se divide en dos apartados temáticos: Moto y Retrato. La moto, motivo fotografiado desde su primer carrete en 1975 hasta la actualidad, contiene una forma de vida y un grupo de referentes con los que el fotógrafo se identifica. El retrato, extendido al sujeto y su contexto, es la disciplina que mejor representa la intencionalidad fotográfica del artista, su interés por los otros.
La moto es el primer motivo que García-Alix fotografía cuando, en 1975, su padre le regala una cámara de fotos. Una carrera de motocross en la que su hermano participaba se transformó en su primer carrete. A partir de entonces ya no se separará de estas dos máquinas: la cámara y la motocicleta, y ambas constituyen un vehículo para sus emociones y el cruce entre diferente caminos que vemos en su obra.
En la muestra puede observarse cómo las fotografías en torno a esta temática muestran una estética muy marcada que evoluciona en función de los tiempos. Toda la trayectoria vital del artista puede encontrarse en la muestra a través de fotografías de época que trasladan la belleza y el cuidado con que García-Alix ha retratado una vida ligada a la moto.
En diálogo con esta primera parte de su trabajo, y siempre ligada a la temática de la moto, la exposición permite descubrir el trabajo más reciente de García-Alix. A partir del año 2012, el autor comienza un nuevo acercamiento para generar un discurso fotográfico renovado, evidenciado en un uso más abstracto y alegórico de la imagen, buscando sus límites.
Íntimo y emocional
El retrato, extendido al sujeto y su contexto, es el centro de la segunda parte de la exposición. Este bloque aborda la disciplina que mejor representa su intencionalidad fotográfica: su interés por las personas que conforman su mundo, tanto fotográfico como personal. García-Alix, que declara que se enfrenta a todo lo que fotografía como un retrato, emplea la cámara para proyectarse en todo lo que tiene enfrente, incorporándolo a su universo fotográfico. El resultado es una obra autorreferencial de profundo calado humano, íntimo y emocional.
Para la muestra se recuperan fotografías de Los malheridos, los bien amados, los traidores, que supone un testimonio inigualable de una época de difícil definición, los años 80 y principios de los 90. Las fotografías más tempranas del libro datan del año 86, momento en el que García-Alix decide dedicarse profesionalmente a la fotografía y pasa al medio formato. A partir de entonces su estilo estará marcado por el extremo cuidado de la composición, siempre enfrentado al sujeto, generando una mezcla entre la tensión fotográfica y la armonía compositiva, bañado por una iluminación naturalista.
Los últimos retratos
Como puente a este grupo de fotografías se presenta un bloque de copias de nueva producción en el que pueden verse los últimos retratos que el autor ha realizado. La exposición busca trazar un paralelismo entre el trabajo de los años 80 y 90 y el actual, en el que el artista continúa su diálogo con su entorno más inmediato. Sus amigos, algunos de los cuales ha seguido fotografiando a lo largo de su vida, permiten observar el paso del tiempo a través de la herramienta fotográfica, a la vez que descubrimos nuevos personajes.
Con este salto temporal puede observarse también la evolución del lenguaje fotográfico del artista. Su trabajo a través del retrato sigue siendo esencial en su obra, ya que lo que prima en García-Alix es el encuentro y la empatía con el otro. Sin embargo se observa la evolución en su forma de fotografiar en la alternancia de planos medios con primeros planos muy cerrados; variaciones en la posición de cámara, desde el enfrentamiento característico de sus primeros retratos a nuevas visiones en picado o contrapicado; o la entrada de iluminaciones más duras, en las que el claroscuro genera una mayor dureza en el retrato.
Taller y fotolibro
Junto a la muestra, García-Alix impartirá en el MUSAC los días 21 y 22 de noviembre un taller de carácter teórico y práctico [1], en colaboración con la Asociación de Fotógrafos Leoneses FOCUS, en el que abordará cuestiones relacionadas con el lenguaje y práctica fotográfica con los participantes.
Además se edita con motivo de este proyecto una publicación en formato fotolibro que bajo el título Moto, y junto a un texto autobiográfico del autor, recoge la mirada del artista sobre este tema fundamental en su obra, amplificando los contenidos de la muestra.