En la muestra organizada por la Galería en la primavera de 2014 para presentar su serie Red Hat se incluyeron las cuatro fases del trabajo del pintor: estudios al óleo sobre tabla, dibujos a carboncillo, cartones para trasladar la composición a la superficie del lienzo antes de aplicar los colores y las pinturas finales. Cartoons propone ahora un recorrido por su trayectoria de las cinco últimas décadas a través de ejemplos de los dibujos que ha empleado en pinturas tan importantes como Eleuthera (1984), Big Red Smile (1993-94), Visor (2003) o Bathing Cap Ada (2010).
Ocio y consumo
Actualmente, Katz es reconocido como uno de los principales artistas estadounidenses, pero su obra no se expuso a nivel internacional hasta la década de 1970 y su influencia se ha hecho más notable desde finales de los años 80. Basándose en el all-over del Expresionismo Abstracto persiguió un acercamiento original a la pintura figurativa antes del surgimiento del Minimalismo y el Pop Art.
Katz representa en grandes formatos motivos de la escena artística y cultural neoyorquina, de la vida de la clase acomodada y de la sociedad de ocio y consumo de su tiempo. El dibujo es una parte esencial en su método de trabajo, le permite observar la luz, ajustar el diseño, equilibrar la composición, establecer la escala correcta y crear un estado de ánimo, para conseguir en sus pinturas la estética fría del presente inmediato.
El término cartón deriva del italiano cartone, referido al tipo de papel rígido a menudo usado para traspasar las líneas principales de una composición al lienzo en blanco. Katz es uno de los pocos pintores contemporáneos que todavía emplea un procedimiento esencialmente renacentista para la realización de sus cuadros. En los cartones se puede disfrutar del carisma natural de un producto utilitario reconocido recientemente como poseedor de una gracia inconsciente y una elegancia sin pretensiones. La comprehensión de la forma y la estructura a través de la constatación final del perfil, el sombreado, la proporción, le lleva a una completa integración de lo pictórico y lo dibujístico en las obras finales ejecutadas con un único e intenso impulso.
Única función
Estos dibujos de contornos perforados son testigos de su única función como materiales de trabajo. En cada cartón establece las líneas básicas de la composición antes de transferirla a un lienzo del mismo tamaño y transformarla en los deslumbrantes colores que caracterizan su pintura. Aunque el cartón es una directriz preliminar, parte del proceso de creación de una pintura, él lo ve como un documento acabado, con un mensaje artístico propio: retratos estructurados de forma plana en lo relativo a los efectos de luz y volumen, composiciones en las que la técnica le fuerza a una reducción a unos pocos detalles y superficies, en las que la resonancia del espacio vacío en el papel es comparable a la de las zonas monocromas de sus pinturas, como se puede comprobar en los lienzos incluidos en la exposición.
Katz atribuye mucho de su proceso pictórico al instinto, pero esta espontaneidad no implica que no planee cuidadosamente su trabajo. La bidimensionalidad y el diseño esquematizado, su distanciamiento y sutil simplicidad están totalmente desarrollados en los contornos de sus dibujos y cartones que destacan por superposiciones, líneas paralelas y correcciones que abandona en su búsqueda de la forma perfecta.
Estos cartones, que no fueron hechos con vistas a ser expuestos, producen un extraño efecto pictórico debido al pigmento en polvo difuminado sobre el carboncillo, la imagen borrosa resultante tiene una extraña y llamativa belleza. La vivacidad de su expresiva línea previa se mantiene, reduce y perfecciona por las distintas técnicas de transferencia en el estilo gestual de las pinturas.