La muestra, comisariada por Carmen Cayetano, directora del Archivo de Villa, y Manuel Blanco, catedrático de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, presenta la ciudad como una obra de creación colectiva que transforma su espacio a través del tiempo y en la que numerosas generaciones han ido aunando sus esfuerzos.
El diseño expositivo tiene una estructura similar a la urbana, a través de una operación de mapping, de cartografiado de la ciudad, que permite al visitante recorrer sus calles identificando la situación de los edificios y actividades que los documentos del Archivo de Villa [2] representan.
Archivo municipal
Los documentos del Archivo surgieron para preservar los derechos de los ciudadanos y de las ciudades, convirtiéndose en la memoria colectiva, en una parte de la historia documentada. Los actos de los ciudadanos están recogidos en él a través de su huella en los actos administrativos que los regulan.
El título de esta instalación, Archivo de la Villa, archivo de la vida, hace referencia a que a través de la documentación que albergan sus estanterías se puede recrear la vida completa de la ciudad a través de la huella documental que a partir de la Edad Media ya se conserva. Este Archivo es una institución especializada muy antigua, citada por primera vez en una real provisión de 1525. En 1781 se constituye como oficina pública y convoca su primera oposición para archiveros municipales expertos en la lectura, identificación y ordenación de papeles antiguos y modernos.
En Madrid, esta institución, que cuenta también con archivo electrónico, es una herramienta que organiza y conserva los documentos que el gobierno municipal va creando. Esos documentos son fuente de información fundamental para construir una administración justa y racional y, al mismo tiempo, ejercer un control efectivo sobre la misma. Además no se puede olvidar que los derechos y libertades de los ciudadanos han dependido y dependen, en gran parte, de los testimonios escritos que se guardan en él.