Con el humor negro y la carga dramática que le caracterizan, Remón disecciona la vida conyugal en esta triple función que se inspira en la tradición del teatro anglosajón de agrupar obras breves que comparten resonancias, temas o estilos. Tres textos compuestos para dos actores que pueden leerse como variaciones de un mismo tema, en el sentido musical.
Los tres exploran el mundo de la pareja y tienen que ver con la memoria, la comunicación y el amor. También con el ruido que los acompaña, es decir, la desmemoria, la incomunicación y el desamor. Y las tres comparten la isla de Barbados como punto de fuga, como espacio imaginario.
Los dos actores narran la historia de una pareja. A veces se ponen de acuerdo, lo hacen con humor, con extrañeza, con gozo. Otras veces se contradicen, inventan, oscurecen, mienten. A veces son la pareja; otras, no. Ellos son, a su vez, otra pareja. Con su parte de combate, con su parte de aventura, con su parte de amor.
“Dos actores, un espacio en blanco. ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Son personajes?¿Hay una historia? No la hay ¿Qué hay entonces? Solo una cosa: palabras… Poco a poco construyen personajes, historias, situaciones. Construyen un mundo”, explica Remón.