La exposición, titulada Bob Dylan: Face Value [1], incluye la última obra del músico y poeta, que pinta desde finales de los años sesenta, pero que comenzó a exhibir su trabajo hace sólo seis años. De hecho, esta es la primera vez que la obra de Dylan se mostrará en un museo británico.
Los retratos que acogerá la muestra están realizados en pastel y no son de personajes de la vida pública, sino una combinación de reales y ficticios construidos a partir de su imaginación y de sus recuerdos personales.
Sandy Nairne, director de la National Portrait Gallery, recuerda que «Bob Dylan es una de las figuras culturales más influyentes de nuestro tiempo. Siempre ha creado un mundo muy visual, ya sea con palabras o música, o en pinturas y pasteles». «Estoy encantado de que podamos compartir estas 12 obras que se han pintado especialmente para la National Portrait Gallery».
Robert Allen Zimmerman, el nombre real de Bob Dylan, ya ha expuesto en la Kunstsammlungen Chemnitz de Alemania, la Galería Halcyon de Londres y la Gagosian de Nueva York.
Para aficionados al arte y melómanos
Aunque Dylan es respetado como artista visual, la exposición también es probable que atraiga mucho interés por parte de aficionados a la música con ganas de hacerse una idea de lo que tiene en la cabeza el cantante que ha grabado 46 álbumes, compuesto más de 500 canciones y vendido más de 110 millones de discos en todo el mundo. En noviembre empezará una gira por el Reino Unido.
El historiador del arte John Elderfield describe su arte -en el libro, de edición limitada, que se publica con motivo de la exposición- como «productos de la misma mente extraordinaria y creativa, de los mismos ojos, y del mismo artista que muestra y cuenta lo temporal y lo espacial, lo verbal y lo visual sin separarlo fácilmente».