Con la creación de una obra que dilata los límites temporales de modo que parece no tener ni principio ni fin, Eno anima a las personas a permanecer en un único lugar durante un tiempo. “Si un cuadro está colgado en la pared no sentimos que nos estemos perdiendo algo por no prestarle atención. Sin embargo, con la música y el vídeo aún sentimos una expectación casi dramática”.
En la exposición, cada caja de luz musical está acompañada por una composición musical única. Paralelamente, el artista ha compuesto una pieza para la exposición que acompañará al total de la instalación y será interpretada a lo largo de la muestra. Según Eno, «mi música y vídeos cambian, pero lo hacen lentamente. Y cuando cambian lo hacen de tal manera que no importa si te pierdes alguna parte».
Un instante en el tiempo
Además de las cajas de luz, también se expondrán siete grabados que, a modo de fotogramas de las cajas de luz, capturan un instante en el tiempo; y dos trabajos lenticulares, creados mediante un sistema en el que las lentes dan a la imagen impresa la ilusión de profundidad y de animación, aportando movimiento a lo que de otra manera sería una forma abstracta y plana.
Esta convergencia de diferentes medios es clave en su trabajo, ya que, como Eno asegura, «la pintura y la música siempre han estado entretejidas». “Comencé jugando con la luz como medio artístico más o menos cuando empecé a jugar con el sonido en mi adolescencia. Cuando pienso en lo que he estado haciendo durante los años que he dedicado a las intervenciones tengo la sensación de haber estado intentando ralentizar la música para que pueda convertirse en algo más cercano a la pintura, y animar la pintura para que sea más como la música… con la esperanza de que las dos actividades puedan encontrarse y fusionarse en un punto intermedio”.
Brian Eno es músico, compositor, productor y artista visual, conocido especialmente como uno de los principales innovadores de la música ambiental y la pintura generativa. Como artista visual ha realizado exposiciones desde el final de los años setenta y ha continuando mostrando su trabajo con regularidad en ciudades como Tokio, Ciudad del Cabo, Río de Janeiro, Nueva York, Londres y Madrid. Su obra está dedicada casi exclusivamente a las posibilidades que provee la luz como medio artístico. En 2009 tuvo la oportunidad de exponer su obra en las velas de la Ópera de Sídney (Australia), tarea que llevó a cabo mediante el despliegue de poderosos proyectores cuya luz atravesaba la Circular Quay. La instalación consistía en un software creado por el propio Eno, 77 Million Paintings [3]; una pieza que crea un cuadro de luz en constante cambio, si bien a una velocidad casi imperceptible.Entre música y pintura