Estas nuevas obras constituyen un paso más en su evolución, en su afirmación por la libertad de su oficio y en su voluntad de practicar una pintura regida por sus propias leyes, por su especificidad, como medio para alcanzar y crear un universo pictórico autónomo que haga posible el encuentro, el diálogo y el intercambio entre la obra de arte y el espectador; entre el artista y la sociedad.
La relación entre el lenguaje abstracto de la pintura de Broto y la capacidad de sus obras de generar y transmitir asociaciones, ideas y emociones ha sido abordada por las mayoría de críticos que han ido desentrañando su obra desde mediados de la década de 1970. El poeta y ensayista Andrés Sánchez Robayna escribe en el catálogo de esta muestra: «¿No habíamos acordado que el pintor abstracto desea alejarse de los objetos y aspira siempre a crear, ante todo, ritmos? Es cierto –te contesto–, a condición de que admitas que esos ritmos pueden arrastrar consigo objetos igualmente, como si en sus navegaciones, en su deambular por las cadencias y los compases, esos ritmos imantasen determinados elementos, piezas, cuerpos que no pueden renunciar en modo alguno a su condición objetual. Y los reconocemos como tales».
– ¿Quiere descargar el catálogo de la exposición con texto de Andrés Sánchez Robayna? [1]