El retrato es uno de los géneros más atractivos y sugerentes de la fotografía ya que remite a algo muy próximo: nosotros mismos y los otros. La tendencia de los fotógrafos a prestar una atención especial a los detalles les convierte en diestros analistas de las miradas y de los gestos; a través de la cámara saben captar como nadie la gestualidad que tantas veces nos identifica y nos delata.
Por eso, las imágenes que recoge la muestra se agrupan alrededor de dos elementos en los que se concentran los fotógrafos cuando se enfrentan al cara a cara con el retratado: la mirada y el cuerpo. Con una puesta en sala que recuerda al gabinete fotográfico, el espectador queda envuelto por múltiples miradas algunas de ellas directas, otras provocadoras, esquivas o incluso cruzadas. La expresividad de los cuerpos también toma el protagonismo, con fotografías que hablan a través de los gestos, ya sea en retratos individuales, de grupo o en los autorretratos.
Diversas ópticas
La exposición no pretende ser un recorrido por el género, sino mostrar ejemplos destacados de fotografía española y portuguesa desde los años 50 hasta la actualidad. Cada uno de los fotógrafos seleccionados afronta el retrato desde una óptica diferente. Grandes maestros del género como Humberto Rivas plantearon el retrato como un escenario en el que el fotógrafo tiene que dominar la contienda para que prevalezca su punto de vista sobre la intención del retratado: “Se trata de mi fotografía. Si en el enfrentamiento no vence el fotógrafo, la imagen no funciona”.
Para Alberto García-Álix el instante del disparo implica ser consciente de su propia condición de fotógrafo: “El retrato está lleno de limitaciones por un motivo simple: la cara no es el espejo del alma. (…) Echar mano de la cámara implica una intención; el problema del fotógrafo consiste en averiguar qué intención es esa, qué quiere ver, cómo quiere verlo”. Juan Manuel Castro Prieto insiste por su parte en la importancia de mantener un equilibrio coherente entre la subjetividad del acto fotográfico y el reflejo de la realidad: “La fotografía puede ser una ventana: ves lo que está pasando y lo registras con la cámara. Pero también puede ser un espejo donde te reflejas con aquello que explicas”.
Fotografía de estudio y de calle
En Cara a cara, la diversidad y riqueza de aproximaciones al retrato por parte de los autores representados se distingue también entremezclando dos acercamientos muy diferentes que han caracterizado la historia de la fotografía: por un lado, el que se asocia a la fotografía de estudio, captada desde la complicidad y la consciencia en la pose por parte del retratado. Autores de la talla de Oriol Maspons, Nicolás Muller, Alberto Schommer, Rafael Sanz Lobato, Isabel Muñoz o Javier Vallhonrat muestran en su obra una extraordinaria habilidad para reinventar códigos y temas a partir de esta forma de representación.
Por otra parte, está la fotografía de calle, género vinculado a la instantánea y a la integración de los exteriores como fondos escénicos de las imágenes. Aquí los fotógrafos muestran su habilidad para utilizar los espacios cotidianos, los paisajes o las calles como decorados para sus retratos. Es el caso, entre muchos otros, de Gabriel Cualladó y sus ambientes intimistas, de Miguel Trillo y sus series sobre la juventud y las tribus urbanas o de Virxilio Viéitez y Atín Aya, que coinciden en la autenticidad de sus retratos, el primero en la Galicia de la posguerra y el segundo tomando como escenario las Marismas del Guadalquivir.
A su lado, la magia y la espontaneidad de las deliciosas fotografías de Joan Colom, Gérard Castello-Lopes, Ramón Masats, Francisco Ontañón, Ricard Terré, Gervasio Sánchez o Cristina García Rodero. Y finalmente, los fotógrafos que se desenvuelven con igual maestría en los dos ámbitos, cómo Leopoldo Pomés, del que se presentan tanto imágenes de su primera época realizados en la Barcelona de 1957 como retratos de estudio, o Toni Catany que tanto durante sus viajes como en sus calculadas escenografías realizadas en su estudio utiliza los mínimos elementos.
Actividades paralelas
Con motivo de la exposición, Foto Colectania organiza un programa de talleres infantiles que proponen un acercamiento reflexivo y creativo al género del retrato. Se trata de una serie de talleres fotográficos de fin de semana y visitas-talleres para centros educativos que están dirigidas a niños y niñas de 6 a 12 años.
Los participantes primero descubrirán una selección de fotografías de la exposición y luego podrán realizar su propio retrato planteándose las mismas cuestiones a las que se habrán introducido delante de los retratos de los fotógrafos. Los niños tambíen realizarán una creación textual de manera que sobre cada retrato se acabará creando una pequeña pieza audiovisual, formada por imagen y palabra.
Los talleres están realizados por A bao a qu, asociación cultural con amplia experiencia en la ideación y el desarrollo de proyectos educativos relacionados con la cultura y el arte, y cuentan con la colaboración de la fotógrafa Mónica Rosselló.