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Carmen Calvo, 50 años de sinrazón

Como asegura su comisario, Alfonso de la Torre, esta exposición es un viaje entre la intimidad y el deseo, entre la vida y la muerte, entre una cierta teatralización no exenta de melancolía sobre el deseo, la pasión por los vestigios, la arqueología del imaginario, los falsos sistemas de clasificación, la culpa, la canibalización de las imágenes». Para ello se han propuesto cinco secciones o capítulos en los que se ofrece al visitante una mirada amplia de la obra de la artista, Premio Nacional de Artes Plásticas en 2013.

La revisión de su trabajo comienza con una introducción en la que se presentan dos simbólicas pinturas figurativas de sus Escenas de caza, una de ellas de 1969, y Et pourlèche la face ronde (2013-2016), realizada ex profeso para esta exposición. En la primera parte, Una arqueología de lo imaginario, se recogen obras próximas a su estancia en París. Son pinturas, principalmente, de elementos de barro cocido cosidos a los lienzos y esculturas de los años 80.

Muchas de estas obras estuvieron expuestas en 1980 en la exposición del Solomon R. Guggenheim Museum New Images from Spain, una muestra que «supuso el primer paso del reconocimiento de Carmen en nuestro sistema artístico», destacado el comisario. El segundo capítulo, Ceremonia y objeto, «habla de la relación ceremonial que tuvo la artista con el objeto». Este apartado se corresponde en buena parte con los años 90 y parte de su Autorretrato. Partiendo de él se muestran ciclos como los llamados Cauchos, además de algunas de sus obras capitales, como Una conversación (1996-97), instalaciones como Silencio (1995), polípticos como Naturalezas (1993-94) y Sin título (1996-97).

Comprensión creativa

En Canibalismo de imágenes se analiza la relación de la artista con la fotografía. El cuarto capítulo, Las alucinaciones son innumerables, está dedicado a la obra sobre papel e incluye algunos de sus libros intervenidos y un centenar de collages, dibujos y apuntes nerviosos, que a modo de convulso mosaico, suponen un repaso a sus innumerables alucinaciones, con aire de taller, padecidas durante su trayectoria dibujística. Finalmente, los visitantes se van a encontrar con un quinto capítulo que es un espacio de contenido multimedia que recoge sus preferencias cinéfilas y musicales, fundamentales para la comprensión de su obra, ya que, como asegura el comisario «Carmen es una artista de extraordinaria complejidad».

En definitiva, «si hasta ahora sus exposiciones habían realizado acercamientos canónicos, en especial a la escultura o a la pintura, el que proponemos en la Sala Alcalá 31 es ‘brutal’. Bajo este aire de aparente comprensión de su creación hemos intentado incluir una representación de su extensa obra, que tiene esculturas, pinturas, collages, dibujos, intervenciones, obras arquitectónicas, fotografía, instalaciones, acciones efímeras, ilustraciones de libros…», concluye De la Torre.

La exposición se completa con la edición de un catálogo bilingüe español-inglés con imágenes de las piezas y textos del comisario y del ensayista, crítico de arte y profesor Valeriano Bozal. También se ha preparado una programación de actividades [1]: visitas dinamizadas, talleres intergeneracionales, visitas para grupos y colectivos y una nueva edición de los Encuentros en Alcalá 31, en los que se ofrecerán charlas con especialistas, además de con el comisario y la artista.