Desde su debut en los años setenta, Killip inicia una nueva vía en la fotografía documental, de la cual han partido otros importantes fotógrafos como Martin Parr, Tom Wood o Paul Graham: la del retrato de las clases obreras en pleno proceso de desaparición de la gran industria que las había creado y mantenido desde principios del siglo XIX.
Escenas cotidianas
La exposición incluye 107 fotografías en blanco y negro que recogen escenas cotidianas de la vida en el Norte de Inglaterra entre 1968 y 2004. Para el artista no se trata tanto de mostrar la experiencia histórica, como de reflejar la vida real.
Inspirándose en la obra de importantes fotógrafos documentales de los años treinta, como Paul Strand, Walker Evans, Bill Brandt o August Sander; pero también en la renovación del género que tuvo lugar en la posguerra de la mano de figuras como el suizo Robert Frank, Killip comenzó a fotografiar, a finales de los sesenta, los rostros y los paisajes de su isla natal donde se estaban produciendo tremendos cambios sociales.
Norte de Inglaterra
A lo largo de las décadas siguientes el fotógrafo siguió sumergiéndose en las zonas rurales del Norte de Inglaterra. En su obra documenta la topografía de esas áreas y narra el duro proceso de confrontación de sus habitantes con las durísimas consecuencias de una política económica que ignoraba los intereses de la clase obrera británica.
La confusión, el caos y el dolor son narrados por Chris Killip desde el punto de vista de la experiencia cotidiana. Desde 1991 es profesor de fotografía en la Universidad de Harvard. Su obra forma parte de distintas colecciones permanentes de prestigiosos museos como el MoMA, de Nueva York; el Fine Arts Museum, de San Francisco; el Museum Folkwang, de Essen; el Stedelijk, de Amsterdam; o el Victoria and Albert, de Londres.