Ella es la voz más sobrecogedora que ha aparecido en los últimos tiempos. Crecida entre canciones populares ibéricas y latinoamericanas, educada musicalmente en lo clásico y el jazz, contagiada por el flamenco a través de una conexión que parece sobrenatural, canta de una forma que sólo es suya y hace estremecer [1].
Él empezó siendo un músico indie para llegar a ser, simplemente, un músico. Nada de lo que oye le es ajeno, todo le atrae y de todo aprende alguna cosa que le enriquece como compositor, como productor y como instrumentista.
Silvia y Raül tienen una cosa que sólo es suya. Y no es sólo el repertorio, también la intensidad emocional, el sentido de la aventura; la conexión es tal, que se convierten en uno solo y único, diferente a quienes son por separado.