Comisariada por Alicia Murría, esta gran exposición reúne una selección de sus instalaciones más significativas, obras objetuales y videográficas, así como cuatro obras ideadas expresamente para el CAAM y dos referidas a la memoria histórica de Canarias y a preocupaciones sociales acuciantes, como la inmigración.
Murría recuerda que la artista “despliega múltiples registros formales, estéticos y técnicos, como la imagen en movimiento, el texto impreso y el trazo, la palabra, el sonido y el silencio, el espacio, la acción y la performance, la imagen fotográfica, la instalación, el objeto, así como trabajos para la red y obras radiofónicas, medios donde ha colaborado con el artista, teórico y compositor José Iges”.
Nacida en Las Palmas de Gran Canaria en 1941 y afincada en Madrid, Jerez es una artista singular. Una creadora que se expresa a través de obra visual, sonora o performance. No elige al azar los materiales que emplea; todos tienen su razón de ser en función del concepto que quiere expresar, ya sea memoria, espacio, ambigüedad, tiempo, paisaje o interferencia.
Todas las piezas que integran esta muestra trenzan un recorrido histórico y conceptual a través de una parte sustancial de su trabajo, aquella que aborda la idea de interferencia en el terreno conceptual, espacial y en los medios de comunicación. “Palabras quemadas, textos ilegibles autocensurados, conversaciones interrumpidas, voces entrecruzadas, imágenes descontextualizadas, residuos de la opulencia informacional, objetos desmembrados, desechos de la tecnología electrónica, ropa o zapatos usados, restos del exceso de la sociedad de consumo… La artista pone en marcha todos los mecanismos de interferencia de que dispone y los coloca generando fricciones en estos ‘paisajes’ mediante la paradoja, el choque visual y significativo”, explica la comisaria.
Museográficamente, la exposición no sigue un orden cronológico y se despliega a lo largo de las salas de las tres primeras plantas del CAAM. Las obras seleccionadas están fechadas entre 1974 y 2017.
El drama
Las dos obras de la exposición centradas en la memoria histórica de Canarias son las instalaciones Espectros de silencios. A la memoria de las víctimas de Jinámar (2001-2017) y Fragmentos de memorias del Julan (2007-2017). La pieza referida a la Sima de Jinámar, lugar que pertenece a la memoria dramática de la Guerra Civil en el archipiélago, es una obra de alta densidad emocional, ya que habla de hechos que afectaron a la propia familia de la artista.
Tras el golpe de 1936, un indeterminado número de personas fieles a la República, o simplemente no vinculadas a los sublevados, fueron asesinadas en ese lugar, siendo arrojadas a esta profunda sima. Jerez cuenta cómo su padre y su abuelo materno salvaron la vida in extremis gracias a un amigo de ambos, adepto al nuevo régimen, que terció en su defensa.
El Hierro
Otra de las nuevas piezas de la exposición se refiere a la isla de El Hierro, lugar donde Jerez ha filmado Fragmentos de memorias del Julan. Esta obra fue un encargo realizado por el crítico de arte Antonio Zaya, fallecido prematuramente hace ahora diez años, para el Centro de Interpretación del Parque Cultural del Julan, que nunca llegó a materializarse.
Jerez realizó una serie de filmaciones en 2007, completadas durante este último año, fijando su atención en la memoria cultural de la Isla, concretamente en los petroglifos que datan de la época prehispánica. La proyección de vídeo se detiene en estos signos mientras se escuchan un conjunto de voces procedentes de cuatro fuentes sonoras, como un mosaico de realidades de los actuales habitantes de El Hierro.
El feminismo
El feminismo y la posición ideológica de Concha Jerez respecto a la situación de las mujeres en la historia está también presente en este proyecto expositivo a través de obras como Caja de cotidianeidad, Paisaje de Memoria o Silencio autocensurado. “Concha Jerez se centra en el esfuerzo realizado por una serie de creadoras de generaciones que tuvieron que luchar, y de manera denodada, para conseguir un espacio propio y un reconocimiento, sin asumir los modelos patriarcales, cuando además el clima que generaban sus compañeros artistas se enmarcaba en un machismo ‘de libro’, por más que estuvieran vinculados a posturas críticas en el ámbito de las libertades políticas”, destaca Murría.
La exposición, organizada por el CAAM con la colaboración de JTI, tuvo su primera sede en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) y llega a la capital grancanaria ampliada e incorporando nuevas obras. En 2015, Concha Jerez recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas y este año el Premio Velázquez [1].