La Fundación Banco Santander [1] (Boadilla del Monte, Madrid) acoge la exposición Cranford Collection. Out of the House, una selección de obras pertenecientes a la Colección Cranford [2] de arte contemporáneo, una de las más importantes del mundo, fundada en 1999 por Muriel y Freddy Salem. Esta muestra continúa la línea marcada por las anteriores exposiciones realizadas por la Fundación en la Sala de Arte de Boadilla del Monte, que ha acogido algunas de las colecciones internacionales de arte contemporáneo más relevantes, como la Colección Daros Latinoamérica [3] en 2010, la Colección Sandretto [4] Re Rebaudengo en 2011 y la Colección Rubell [5] en 2012.
La exposición mezcla de manera brillante lo mejor del arte británico y alemán desde mediados de los años ochenta hasta nuestros días, con artistas de la talla de Damien Hirst, Rebecca Warren, Franz West, Paul Noble, Spartacus Chetwynd, Martin Kippenberger, Sigmar Polke, Albert Oehlen, y un largo etcétera.
Según la comisaria del proyecto, Anne Pontégnie, «esta colección muestra el último capítulo del arte moderno, la historia de un grupo de artistas que decidieron romper con las normas tradicionales y crear las suyas propias, que destruyeron la cultura tradicional para encontrarse a sí mismos».
Londres y Berlín emergentes
La mayoría de las obras seleccionadas pertenecen a artistas que nacieron hacia mediados de los años cincuenta, en el caso de los alemanes, y un decenio después los británicos. Efectos generacionales y geográficos como estos atraviesan toda la historia del arte, y en la exposición se ven a través de piezas que los muestran en su plena expansión y desarrollo. Así lo atestiguan las obras de los británicos Damien Hirst, Sarah Lucas, Gary Hume, Paul Noble y Rebecca Warren, una generación caracterizada por apoyarse en los códigos tradicionales de la pintura y de la escultura, a la vez que los alteran, además de jugar a invertir el lenguaje del arte.
Deconstruir y prolongar
En el caso de Alemania, la muestra gira en torno a la generación de artistas nacidos después de la Segunda Guerra Mundial que se han dedicado a deconstruir y, al mismo tiempo, prolongar la historia moderna del arte. Martin Kippenberger, Rosemarie Trockel o Albert Oehlen -junto con Franz West en Austria- figuran entre los artistas europeos más influyentes de los últimos treinta años que, con su asociación de irreverencia y maestría, han dado un nuevo impulso al arte de su tiempo.
Entre los dos escenarios hay tantas diferencias como puntos en común, y la dinámica de la exposición se basa precisamente en estos interesantes contrastes, gracias a los que el humor glam rock de Jim Lambie se codea con la elegancia punk de Kippenberger, los cuerpos de Rebecca Warren dan la réplica a la abstracción enérgica de Oehlen, y las naturalezas muertas de Hirst entrelazan sus motivos con los hilos de las obras de punto de Trockel.
La exposición se articula en función de estos contrapuntos múltiples: británico y alemán, femenino y masculino, pintura y escultura, abstracción y figuración, pop y abyección, en un intento de abrir estas clasificaciones, y no de inmovilizarlas.
Vocabulario propio
Out of the House se abre con la pieza de Pierre Huyghe I Do Not Own Snow White [No soy el dueño de Blancanieves], que plantea con humor la cuestión de la propiedad. Es una forma de indicar, ya desde la entrada, que la propiedad de las obras es relativa, y que aunque las presentadas pertenezcan hoy a la Cranford Collection, no dejan por ello de formar parte de un patrimonio que es de todos.
«Los artistas reflexionan sobre la sociedad y el mundo en que vivimos. Cada uno de ellos, en su obsesiva manera, crea una obra que es personal e íntima. Para mí los artistas son activistas con un vocabulario propio que es ilegible al principio, pero que va revelando sus significados con el tiempo», afirma la coleccionista Muriel Salem.
Ejes vitales
Paradójicamente, la exposición se abre y se cierra con sendas obras de Huyghe, un artista francés, cuando el planteamiento adoptado ha sido el de reunir piezas creadas por artistas británicos y alemanes, dos ejes vitales de la Cranford Collection. De esta manera, la muestra se convierte en una auténtica conversación entre dos de las grandes potencias artísticas del mundo, Reino Unido y Alemania, que dialogan entre sí y se enriquecen mutuamente a través de cuadros, esculturas, fotografías, instalaciones, vídeos y dibujos de destacados creadores.
Todas las obras expuestas fueron creadas desde finales de los años ochenta hasta la actualidad. De ahí que también participen en la muestra Karla Black, Sophie von Hellerman y Spartacus Chetwynd, que pertenecen a otra generación. Más emancipadas del proyecto moderno que sus antecesores, estas tres artistas crean obras que asumen sus imperfecciones y las emplean como instrumentos para abrirse al exterior.
Cranford Collection se fundó en 1999 por la familia Salem, con el apoyo y la colaboración del conservador independiente Andrew Renton. Con sede en Londres, esta colección ha apoyado desde sus inicios a artistas emergentes que influyeron o influyen en el panorama internacional del arte contemporáneo. Hoy en día cuenta con más de 700 obras entre pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones, vídeos y dibujos.
A partir de 2005, la colección empieza a exponerse en el ámbito doméstico: la casa de Muriel y Freddy Salem se convierte en un inusual espacio expositivo en el que el público puede descubrir y explorar las posibilidades de arte contemporáneo fuera de los lugares habituales en los que suele observarlo. Cranford Collection también colabora con una gran variedad de instituciones públicas, tanto dentro como fuera de Reino Unido, a través del préstamo de obras concretas para exposiciones en museos y organizaciones artísticas de todo el mundo.
Este año, la colección da un paso más, y se expone por primera vez al público fuera del ámbito doméstico.