Organizada por Fundación Dalí, el Museo Reina Sofía de Madrid, el Salvador Dalí Museum de San Petersburgo, Florida (SDM) y el Instituto Tomie Ohtake, la exposición Salvador Dalí exhibe un total de 220 piezas, entre las que se encuentran 24 óleos, 135 dibujos, 5 ilustraciones y 56 documentos; y tiene como objetivo promocionar, divulgar y prestigiar la obra artística e intelectual de Dalí para entenderlo en todas sus vertientes: la de pintor, dibujante, pensador, escritor, apasionado por la ciencia, catalizador de las corrientes de vanguardia, ilustrador, diseñador, cineasta y escenógrafo.
Pero también, como inconformista, con una actuación personal capaz de percibir la importancia creciente de la cultura de masas y, evidentemente, como artista que experimenta en todos los ámbitos de la creación e, incluso, en aquellos más innovadores como son las instalaciones y las performances.
Evolución técnica
Para ello propone al visitante la oportunidad de apreciar la evolución técnica del artista, pero también de las influencias, recursos temáticos, referentes ideológicos y simbolismo que contienen las obras de Dalí desde los años 20 hasta sus últimas telas.
Entre ellas destacan piezas como Retrato del padre y casa de Es Llaner (1920), Autorretrato cubista (1923), El retrato de mi hermana (1925), Idilio atómico y uránico melancólico (1945), El pie de Gala (obra estereoscópica en dos elementos) (1975-76).
Surrealismo
En esta visión retrospectiva, la época surrealista es la protagonista indiscutible, ya que fue el momento de consagración del pintor, el que le ha dado fama universal y en el que desarrolla su método paranoico-crítico de interpretación de la realidad. Un buen ejemplo son obras como Monumento imperial a la mujer-niña (1929), El sentimiento de velocidad (1931) o Paisaje pagano medio (1937).
La muestra incluye también la proyección de las dos películas realizadas con Luis Buñuel, Un perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930), que supusieron para ambos autores la entrada al grupo surrealista como miembros de pleno derecho, y Spellbound, de Hichtcock, 1945. Además se presentan los grabados que realizaron para ilustrar Los cantos de Maldoror, un poema en prosa escrito por Isidore Ducasse, más conocido como Conde de Lautrémont, que influyó mucho a los surrealistas, tanto por el tema como por el mundo onírico que describe, convirtiéndose así en uno de los autores de cabecera del movimiento.
Intereses
El recorrido de la exposición incluye también otras ilustraciones realizadas para diferentes obras literarias universales, en las que la técnica ayuda a comprender los múltiples intereses de Dalí. Entre ellas están Páginas seleccionadas de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes (1957), El Castillo de Otranto, de Horace Walpole (1964), o Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll (1969), ejemplares de la colección de la Fundació Dalí.
Finalmente, la retrospectiva incluye un gran número de piezas documentales que acompañan las pinturas. Los documentos, todos ellos provenientes del archivo del Centro de Estudios Dalinianos, permiten hacer un recorrido biográfico y a la vez artístico por la trayectoria del pintor. De estos documentos hay que destacar dos libros de la biblioteca personal del artista: La Inmaculada Concepción, de André Breton y Paul Éluard (1930), y Onan, de Georges Hugnet (1934).