Este lunes, 25 de marzo, cierra sus puertas en el Centro Georges Pompidou [1] de París la gran exposición dedicada a Salvador Dalí [2] (Figueres, 11 de mayo de 1904 – 23 de enero de 1989) organizada con el Museo Reina Sofía [3] de Madrid y una de las más completas realizadas hasta el momento del artista ampurdanés. Dentro de un mes, a partir del 27 de abril, la muestra podrá ser visitada en el museo madrileño.
El éxito en París ha sido tal -se espera que bata su récord de visitas- que la dirección del Pompidou ha tomado la decisión de abrir las 24 horas durante los últimos cuatro días de la retrospectiva, que, además, ha recibido el premio a la mejor exposición del año, otorgado por la prensa cultural francesa.
Para esta ocasión única se han reunido alrededor de 200 obras procedentes de importantes instituciones, colecciones privadas y de los tres depositarios del legado Dalí: Fundació Gala-Salvador Dalí (Figueres), Salvador Dalí Museum de St. Petersburg (Florida) y el mismo Museo Reina Sofía, que de esta forma suman sus esfuerzos para ofrecer al público lo mejor de sus fondos.
Pensador, escritor y creador
La exposición se propone revalorizar al Dalí pensador, escritor y creador de una particular visión del mundo. Contribuyen a su excepcionalidad préstamos de instituciones de primer orden, como el MoMA (Nueva York), de donde se trae la significativa obra La persistencia de la memoria (1931); el Philadelphia Museum of Art, que cede Construcción blanda con judías hervidas (Premonición de la guerra civil) (1936); de la Tate Modern llega Metamorfosis de Narciso (1937) y, de los Musées Royaux des Beaux-Arts de Bélgica, La tentación de San Antonio (1946).
El período surrealista constituirá el núcleo de la muestra que se podrá ver en el Museo Reina Sofía, haciendo especial hincapié en el método paranoico-crítico desarrollado por el artista como mecanismo de transformación y subversión de la realidad. Las diferentes secciones contendrán, además de las obras, material documental, fotografías, manuscritos del propio Dalí, revistas y audiovisuales.
Primeras obras
La exposición comenzará con una sección dedicada a las primeras obras de Dalí, en la que predominarán los elementos que marcaron su infancia, como la familia –Autorretrato Cubista (1923),Retrato de mi padre (1925) o Muchacha en la ventana (1925)– y el entorno que le rodeó en estos años: el mar, el paisaje rocoso de Cadaqués, la luz, los árboles, como por ejemplo en Penya-Segats(1926) o Paisaje de Cadaqués (1923).
Su llegada a la Residencia de Estudiantes de Madrid a finales de 1922 y su encuentro con Federico García Lorca y Luis Buñuel –con quien colaboró en la película Un perro andaluz (1929)–, entre otros, le enfrenta a la Generación del 27, que agrupa poetas, escritores, pintores y cineastas. En este momento Dalí se inspira cada vez más en las vanguardias y coquetea con el cubismo. El imaginario colectivo desarrollado en la Residencia se refleja en los numerosos dibujos de la serie Putrefactos, de mediados de los años 20. Entre otras importantes obras, en esta parte de la muestra se podrá ver también el conocido Retrato de Buñuel (1924) o Academia neocubista (1926).
Influencias
En un momento que podríamos calificar de presurrealista, en el que se observan influencias de Masson, Bataille, Miró y Picasso, Dalí realiza obras como Asno podrido (1928) o Carne de gallina inaugural(1928).
Ya en plena etapa surrealista desarrolla su método paranoico-crítico, que centrará la siguiente sección de la muestra, con la presencia de grandes obras como El Gran Masturbador (1929), La persistencia de la memoria (1931), Guillermo Tell (1930) o El Espectro del Sex-Appeal (1934). El método paranoico-crítico le permite transformar y subvertir el mundo: Dalí propone, ante el automatismo pasivo del surrealismo (el dibujo automático, los cadáveres exquisitos…), un método activo basado en el delirio de la interpretación paranoica.
Angelus de Millet
A continuación se dedicarán secciones específicas a la relectura que el artista hace del Angelus de Millet; al surrealismo después del 36, que contendrá algunos objetos surrealistas, como el conocidoWhite Aphrodisiac Telephone (1936) o Veston aphrodisiaque (1936/77), y al tema de la guerra.
Continuando el recorrido se podrán contemplar treinta dibujos originales de los que sirvieron para ilustrar el libro La Vida Secreta de Salvador Dalí, de los años cuarenta, para pasar a los trabajos relacionados con su experiencia en Estados Unidos, a través de la cual revaloriza la teatralidad de su obra –La Tentación de San Antonio (1946)–. Es el momento de los proyectos cinematográficos experimentales y los relacionados con Hollywood (Spellbound) y Walt Disney (Destino).
Interés por la ciencia
La última sección de la exposición mostrará el enorme interés del artista por la ciencia. Su pintura se ve profundamente transformada por el fin de la Segunda Guerra Mundial y la catástrofe nuclear de Hiroshima y Nagasaki: Téte nucleaire d’ange (1962). También se mostrarán, entre otras, Cabeza rafaelesca estallando (1951), La máxima velocidad de la Madonna de Rafael (1954) o Cola de golondrina (1983), su última obra, basada en la teoría de las catástrofes de René Thom. La experimentación con las obras estereoscópicas, como Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis verdaderos espejos (1972-73), cerrarán el conjunto de su trabajo más delirante y transgresor.
La muestra cuenta con Jean-Hubert Martin como comisario general, además de Montse Aguer (comisaria en el Museo Reina Sofía) y Jean-Michel Bouhours y Thierry Dufrêne (comisarios en el Pompidou).
- En colaboración con la Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres, y el Salvador Dali Museum Saint Petersburg (Florida).