Villalba es una figura clave. Su obra encabeza un cambio histórico: del informalismo hacia el conceptualismo. En su propio trabajo discurre la materia pictórica hacia el uso de la imagen fotográfica.
A finales de los años cincuenta fue miembro tardío del grupo El Paso, que desde el centro lideró la vertiente pictórica del informalismo, cuyo otro polo creativo se encontraba en Cataluña, con los artistas del mítico grupo Dau al Set, con Tàpies a la cabeza.
Sin embargo, su obra inauguró para el arte español un empleo de la imagen menos narrativo, más cercano a la fotografía como un dispositivo para una poética de lo inmediato y desde la estética del documento.
Villalba es pionero en el uso de la fotografía como soporte. Utiliza la cámara para registrar detalles de la vida cotidiana y los transforma a través del proceso de edición y manipulación de la imagen que tiene que ver con lo pictórico y lo escultórico en situaciones de una gran fragilidad humana.
La exposición incluye 21 obras de una producción que abarca más de 40 años y que ponen de relieve la riqueza innovadora, su reflexión fotográfica y la exploración de diversos soportes y discursos que hacen destacable el trabajo de Villalba, un artista que hace de la fotografía el medio para la reconstrucción sensible de la memoria.
Sus fotografías comprenden temas como la figura humana, gente de la calle, vagabundos y pacientes de hospitales psiquiátricos. Igualmente ha fotografiado vistas de muros, superficies, grafitis, escasos paisajes, bolsas de ropa sucia y obras de arte como esculturas clásicas o pinturas de época.
El estilo de Villalba se ha caracterizado por la creación de obras a gran formato. Se trata de fotografías intervenidas provenientes de los Documentos Básicos, archivo formado por el artista a lo largo de su vida y de los cuales se pueden apreciar 30 en sala. También se presentan dos encapsulados en metacrilato, que aluden a figuras humanas en condiciones extremas de sufrimiento. Villalba es de los pocos artistas que utilizan esta técnica.
Esta muestra se integra a un amplio programa que tiene por objetivo celebrar los 40 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y España, una oportunidad para plantear, a través de un conjunto de actividades culturales, el reencuentro entre dos países hermanos.